‘Cima, no decadencia’

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‘Cima, no decadencia’

El 1 de octubre se celebra el “Día Internacional de las Personas de Edad”, y la realidad es que este segmento de la población es uno de los que más padece indiferencia, discriminación y abandono

“La perseverancia es un valor invaluable, mi felicitación a VANGUARDIA por sus primeros 40 años”

Cuando solamente nos fijamos en la productividad de las personas y olvidamos a la persona misma, entonces caemos en la espiral de la insensibilidad, por ello cuando miramos los rostros de los viejos, se nos olvida que también estamos viendo a quienes nos legaron vida, que también miramos el gozo de quien continua consumándose, olvidamos que para esos rostros no hay más custodios que nuestros propios corazones.

Posiblemente hoy desdeñamos a los ancianos, los hacemos a un lado, porque en ellos nos presentimos y no soportamos la idea de percibirnos igual, y ésto debido a la cultura del consumismo y del materialismo que tanto odia todo aquello que no es actual, a eso que envejece, a todo lo que intenta suprimir a las personas reflexivas, pensantes. Sabias.

Ardiente promesa

Tiene razón el papa Francisco “un pueblo que no custodia a los abuelos, un pueblo que no respeta a los abuelos no tiene futuro, porque no tiene memoria, ha perdido la memoria”, agregaría yo, este pueblo ha extraviado también la piedad, el honor y la vergüenza.

Ya lo decía Emma Godoy: “En la medida en que hay espíritu, la ancianidad deja de ser una amenaza para convertirse en una ardiente promesa. No estaría mal hacer una prueba para medir la espiritualidad de las personas, fundándose en esta cuestión: ¿Qué piensa usted de la ancianidad? En nuestra época, la mayoría saldría de la prueba con cero. Pues hoy no se estima la valía de un individuo, sino su productividad económica. Es decir, se le mide con el mismo criterio con que se juzga a una máquina o a una vaca.

Es que ahora no somos adultos, sino simplemente civilizados. En épocas de cultura, los viejos han sido considerados los grandes de la nación. A ellos se les confiaba el más alto de los oficios: el de gobernar.

El sanedrín de Israel estaba integrado por 71 ancianos. El Consejo de Delfos guiaba a Grecia. El senado romano tenía tanto o más poder que el César. (La palabra “senado” viene de senectud: viejo.)

Los cardenales de la iglesia peinan canas. Y a un sacerdote católico se le llama “presbítero”, honrándole con ese título porque présbita, en griego, significa “viejo”: es un modo de calificarlo de sabio, aunque sea joven. Porque un país culto y no decadente estimula a sus ancianos, pues sabe que en ellos reside la parte sabia de la humanidad.

En muchas culturas la vejez esaureola de prestigio, eligiéndose a los consejeros y líderes del pueblo entre los mayores, a los que se les suponía una sabiduría superior. Incluso en nuestra sociedad hay algunas versiones honorables de la vejez, como en las elecciones de decanos de algunas instituciones”.

No dejarlos atrás

Comento lo anterior debido a que este próximo 1 de octubre se celebra el “Día Internacional de las Personas de Edad”, y la realidad es que este segmento poblacional es uno de los que más padece indiferencia, discriminación y abandono, lo cual es una ironía, pues cada segundo dos personas en el mundo cumplen 60 años de edad.

En muchos sentidos el mundo envejece, las estadísticas no mienten, de acuerdo a la Organización Mundial de Salud el número de personas con 60 años o más en todo el mundo se ha duplicado desde 1980, y se prevé que alcance los 2 mil millones de aquí a 2050.

En el caso de México según el Consejo Nacional de Población (Conapo), para 2030 en México habrá más adultos mayores que jóvenes menores de 15 años y veinte años después de eso, tres de cada 10 personas tendrán más de 60 años.

Deuda permanente

La organización HelpAge International anualmente desarrolla el Índice Global de Envejecimiento, calificando el bienestar social y económico de las personas mayores en 96 países. Este indicador muestra la mejor y peor nación para envejecer, considerando factores como la seguridad de ingresos, el estado de salud, las capacidadesde las personas mayores en cuanto a la educación y empleo y el entorno favorable.

A nivel mundial, Suiza (1) es el mejor país en el que vivir para las personas mayores seguido por Noruega (2). Por su parte, México ocupa la posición 33, después de Panamá (20), Chile (21), Uruguay (27), Costa Rica (28) y Argentina (31).

Por su parte, según la Conapo, en el 2014, en México había 10.5 millones de personas mayores de 60 años (9 de cada 100 mexicanos) de las cuales el 82% tenía algún grado de pobreza, ya sea monetaria o alimentaria, y esta situación no parece mejorar, sino al paso del tiempo la realidad para ellos empeora.

Sin duda

Indudablemente, la deuda del gobierno y la sociedad con las personas mayores está presente, ellos la padecen cotidianamente. Sin embrago, creo que a nivel personal hay mucho por hacer, por eso les pido a los jóvenes y a los no tan jóvenes, pero que gozan de juventud en sus corazones, que no olviden que nada envejece más a una persona que recordarle que es vieja, que cuando vean a los mayores tengan presente que un “anciano” llamado Moisés condujo a su pueblo a la tierra prometida; que sepan que Miguel Ángel pintó en avanzada edad lo mejor de su obra; que Goethe, también “viejo”, concluyó una de sus más grandiosas obras.

En fin, que tengan muy presente que, en estos momentos, hombres y mujeres de la tercera edad, ajenos a la política, sostienen la decencia de este país.

Por ello, me atrevo a convocar a las nuevas generaciones para que transformen la actual imagen negativa de la vejez, a que se comprometan en su comunidad a “preparar un contexto humano, social y espiritual en el que toda persona pueda vivir con dignidad y plenitud esa etapa de la vida”, a que tengan una mirada renovada de sus abuelos, de la herencia que corre por sus venas.

Busca…

Jalil Gibran escribió: “Busca el consejo de los ancianos, pues sus ojos han visto el rostro de los años y sus oídos escuchado las voces de la vida. No obstante sus consejos te desagraden, escúchalos”; en este tenor, agrego: saber respetar la dignidad de las personas de la tercera edad implica haber comprendido el profundo sentido de la palabra gratitud y saber que esta etapa de la vida no significa decadencia, sino cima, orgullosa consumación y la gran posibilidad de encontrar inéditas oportunidades de desarrollo y emprendimiento.

Las personas jóvenes que se encuentran “atrapadas” en la última fase de la cronología de su propio tiempo, continuarán sembrando semillas de esperanza y sobre todo dando frutos. Esta certeza representa la luz que, para mí, ilumina las aciagas noches que ahora, insistentemente, han intentado apropiarse del cielo de México.

Recomiendo: http://www.helpage.es/noticias/lanzamiento-del-ndice-global-sobre-enveje...

cgutierrez.itesm.mx.

Tec de Monterrey Campus Saltillo

Programa Emprendedor