Fachadas acicaladas, calles limpias, grandes letreros y una amplia variedad de productos con su rostro estampado es lo que encontrará el papa Francisco a su llegada a la Ciudad de México el viernes.

Para José Mávila, un comerciante de 53 años que tiene un puesto de artículos religiosos a un par de cuadras de la Basílica de Guadalupe, la visita del pontífice y la gran expectativa que ha generado significa una gran oportunidad de negocio.

"Las personas que vengan a la Basílica van a poder llevarse varios recuerdos del papa", dijo a dpa Mávila. Asegura que las ventas se han disparado y que espera que el sábado 13 sus ingresos suban aún más, cuando el papa oficie en la Basílica la primera misa de su gira mexicana.

"También nos pidieron mejorar las fachadas de los negocios. Ahora todo se ve un poco más bonito", comenta entre risas.

Pero las fachadas no son lo único que ha cambiado en la capital. Las calles que recorrerá Francisco lucen más limpias que de costumbre y pueden verse inmensos carteles de bienvenida, escenario que se repite en cada una de las seis ciudades a las que acudirá.

En la Ciudad de México, los alrededores de la Basílica de Guadalupe han recibido todo tipo de atenciones y transformaciones. Las autoridades han desplegado a una brigada de trabajadores para instalar centros de servicios básicos como sanitarios, puestos médicos y de abastecimiento de agua para los feligreses,

De acuerdo con el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Eugenio Lira, se espera que a la misa dentro de la Basílica asistan unas 8,000 personas y casi de 30,000 permanezcan fuera, en la Plaza Mariana, donde podrán verlo. En la plaza se montarán también gradas.

Los comercios ambulantes que pululaban alrededor de la Basílica han sido retirados, aunque los dueños de los puestos cercanos aseguran que el día de la misa los exteriores del recinto rebosarán tanto de fieles como de comerciantes informales.

También se han reparado más de dos kilómetros de la Calzada de Guadalupe, generalmente recorrida por los peregrinos cada 12 de diciembre para la celebración de la virgen, pero que esta vez será transitada por el papamóvil y las miles de personas que observarán su paso.

En la Plaza del Zócalo capitalino también se han hecho cambios. Grandes estructuras metálicas se han colocado para sostener 35 pantallas gigantes. En ellas se transmitirá el recorrido que hará el papa.

Las medidas de seguridad también se han reforzado. Las autoridades capitalinas estiman que la llegada de Francisco movilizará a por lo menos 1,5 millones de personas por toda la capital, por lo que elementos de la policía vigilarán tanto la Basílica como el centro de la Ciudad de México.

También en el Zócalo se prohibirá el ingreso de vendedores ambulantes, algo que no le parece justo a Margarita Pérez, quien suele vender sombreros y camisetas en las calles del centro de la capital.

"Nosotros sólo queremos trabajar, pero no nos dejan", se queja mientras exhibe varias viseras estampadas con un "Bienvenido a México, papa Francisco".

Discos, pósters, libros, velas, camisetas e incluso botellas con agua llevan impresas el rostro sonriente de Francisco. Los souvenirs de la visita papal abarcan todos los precios y todos los gustos, pero no se comparan con el despliegue de publicidad de las televisoras y del gobierno.

Además de las lonas impresas con frases de bienvenida que inundan la ciudad, el gobierno capitalino repartirá camisetas, pancartas y banderines a los feligreses que recorrerán las rutas del papamóvil. Todos los productos estarán estampados con las siglas "CDMX", que representan a la Ciudad de México.

Durante su recorrido por el Zócalo, el papa llegará al atrio de la Catedral Metropolitana, donde recibirá las llaves de la ciudad y el pergamino de visitante distinguido de las manos del jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera.