Papa Francisco da sacudida a Iglesia mexicana

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Papa Francisco da sacudida a Iglesia mexicana

Foto: Vanguardia/EFE
Pide no tener miedo a la transparencia, dejar atrás chismes y no dejarse corromper

Ciudad de México. El papa Francisco pidió a los 165 obispos, 18 arzobispos auxiliares y a los tres cardenales del país “no minusvalorar el desafío ético y anticívico que el narcotráfico representa”, que calificó como una insidiosa amenaza para la sociedad; les pidió redirigir la mirada hacia los indígenas y jóvenes; así como no dejarse corromper ni poner su confianza “en los faraones actuales”.

En el mensaje a los “altos mandos” de la Iglesia que lidera, dejó el discurso que preparó y fustigó: “Esto no está en el texto pero me sale ahora. Si tienen que pelearse, háganlo; si tienen que decirse cosas, díganselas, pero como hombres, en la cara, como personas de Dios, que después van a rezar juntos, a discernir y si se pasaron de la raya, a pedir perdón, pero mantengan la unidad”, fustigó.

Les pidió no ser “príncipes”, a no tener miedo a la transparencia, pues la Iglesia no necesita de la oscuridad para trabajar; a no dejarse arrastrar por las murmuraciones y las maledicencias, así como a no perder el tiempo y la energía en las cosas secundarias, en las habladurías e intrigas.

Les demandó ser humildes y no dejarse “corromper por el materialismo trivial ni por las ilusiones seductoras de los acuerdos debajo de la mesa; no pongan su confianza en los ‘carros y caballos’ de los faraones actuales”.

En un encuentro con los obispos en la Catedral de la Ciudad de México, habló fuerte a los miembros de la Iglesia sobre los objetivos de su misión y criticó la forma en que se abordan diversos temas ante la comunidad.

Foto: Vanguardia/EFE

DURO MENSAJE AL CLERO

En la Catedral, Francisco dirigió un largo discurso a los obispos mexicanos, cuyo retrato robot –elitista, apegada al poder, alejada de los verdaderos problemas de la gente, muda ante el azote de la pederastia y el narcotráfico—no coincide exactamente con los deseos del Papa para su nueva Iglesia. “¡Ay de ustedes si se duermen en los laureles!”, llegó a advertir Bergoglio a los obispos mexicanos en medio de un discurso en el que quedó claro el suspenso del Papa en las principales materias. Les pidió que salgan a la calle, que tengan “la mirada limpia”, que “no se dejen corromper por el materialismo trivial”, que no pierdan el tiempo “en habladurías e intrigas, en los vacíos planes de hegemonía, en los infecundos clubes de intereses”. “No se necesitan príncipes”, afirmó. 

Ante una jerarquía sobre la que todavía planea la macabra sombra de Marcial Maciel, el pervertido fundador de los Legionarios de Cristo, el papa Francisco dijo que “el pueblo mexicano tiene el derecho” de encontrar las huellas de Cristo en su Iglesia, y exigió a los obispos que sus “miradas sean capaces de cruzarse con las miradas de los jóvenes”, que “no minusvaloren el desafío ético y anticívico que el narcotráfico representa”, y que pongan “singular delicadeza en los pueblos indígenas y sus fascinantes, y no pocas veces masacradas, culturas”.