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XLII aniversario de José María Echeverria y Aguirre
“Un hombre admirado por su fortaleza, capacidad de sacrificio, de una gran admiración y sencillez, de una virtud infinita declara el Dr. Carlos Siller Gil su médico de cabecera: Años y años pude constatar, esta vida de virtud y entrega, de ofrecimiento al Padre Bueno, por su pueblo y por la Iglesia a quien tanto amaba”.
Recibe la Diócesis el 27 de marzo de 1905 y la entrega el 5 de abril de 1954, casi un medio siglo dedica toda su vida al servicio de la Iglesia local, su Diócesis de Saltillo que en su tiempo abarca todo el estado de Coahuila actualmente está distribuida en tres Diócesis: la de Torreón, la de Piedras Negras y la de Saltillo. Pastor solícito y entregado a sus feligreses en sus propósitos de los ejercicios espirituales 1905, como preparación para desempeñar tan sublime misión dice:
“Me consagraré entera y totalmente al servicio de la Esposa (Iglesia local Diocesana de Saltillo) que Nuestro Señor me ha dado, juzgaré como inútil todo trabajo u obra que no vaya encaminada al bien de la salvación de mis diocesanos.
Hoy que estamos recordando su LXII Aniversario Luctuoso, ¿dónde pasó sus últimos meses antes de morir?
Vivió primero en su Obispado por la calle de Juárez ya al final de su vida pasó a la casa central del Instituto de Hermanas Catequistas Guadalupanas, esta fue su última morada la casa de la propia Congregación por él fundada, donde está al lado de sus muy queridas hijas, permaneciendo solamente ocho meses en esta casa; esto bastó para que pudiéramos apreciar más de cerca sus grandes y maravillosas virtudes, su gran amor a Dios y a la Sma. Virgen manifestando en sus hermanos y hermanas, sacerdotes y laicos, aconsejando cariñosamente a quienes acudían a él para conversar, saludarlo y admirarlo.
Siempre que estábamos en torno a su lecho nos decía: aquí tengo una oración que quiero que me repitan varias veces al día, esta oración era para ofrecerse víctima por su amada Diócesis: “Jesús mio abrazame con estas penas y trabajos para manifestarnos mi amor, sufrir para agradarlos y complacerlos” Test. Religiosa Mínima Carolina Almaguer HMMI
Una Hermana le dijo: “La Virgen Santísima va a venir por Usted” Él contesto ”Así lo espero” luego tomo el Crucifijo y dijo: “Es mi Jesús” Le amo, le amo, le amo”
Verdaderamente estaba sufriendo mucho, su cuerpo estaba todo llagado y no se quejaba cuando sin querer se le escapaba un ¿Ay! Pedía disculpa: “No quiero molestar con mis quejas” frecuentemente decía: “Hoy en la Cruz, mañana en el cielo”.
El día 29 de marzo, él mismo pide que le administren el Sacramentos Solemne de la Unción de enfermos, quería prepararse en sus últimos pasos del camino al cielo. Se lo administra el Excmo. señor Luis Guízar Barragán, obispo coadjutor y sucesor del 3er. Obispo de Saltillo y el 31 de marzo el Vicario General el Sr. Cura Pedro del Real, celebra la Eucaristía en su cuarto.
Varios sacerdotes tuvieron la oportunidad de platicar con él durante su última enfermedad y recibir su bendición y sus consejos. Al Sr.
Cura Eutimio Cadena, uno de sus primeros sacerdotes, le dile que lo confiese, sacramentos que siempre vivió con profunda humildad confiando en la Misericordia de Dios.