El Fellatio: Crítica sin censura

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El Fellatio: Crítica sin censura

Enrique Abasolo platicó con VANGUARDIA sobre cómo nació esta página de sátira que está cobrando fuerza en Facebook

Editores:  Ana Aguirre, Carlos Díaz. Listeners: Karla Bernal, Oscar Morín. Diseño: Victoria. Carrillo.



El semanario político-social llegó a las redes sociales para formar una opinión sobre temas de actualidad con un toque de humor. Se trata de una página de Facebook llamada El Fellatio Time Express, que publica imágenes editadas como portadas de una revista, en donde se satiriza temas variados de la actualidad de Saltillo o de México, en general.

Inspirado por medios como El Deforma o la revista El Chamuco, pero 100% hecha en Saltillo, se trata de un proyecto que Enrique Abasolo hace en su tiempo libre para criticar a todo el que se deje. No existe una revista física como tal, sólo una portada digital hecha en Power Point, pero con un mensaje claro, crítico y con mucho humor. Actualmente tiene mil 933 “likes” en Facebook y su popularidad crece día con día, provocando carcajadas de sus seguidores. Abasolo platicó en entrevista con VANGUARDIA sobre esta página.

 

-¿Qué es el Fellatio Time Express?-

“Es una extensión de las ideas que manejo en mi columna editorial desde hace 15 años. Por supuesto, para argumentar en la columna me valgo de la retórica. El Fellatio en cambio, me permite ejercitar otro tipo de humorismo más gráfico, instantáneo, inconexo (no tiene que estar en función de una idea principal).

Me da la posibilidad además ser mucho más mordaz y subir el tono de los chistes a niveles que no podría manejar en el periódico por respeto al mismo medio y a sus lectores. Sin embargo, el objetivo no deja de ser el mismo: criticar el ejercicio abusivo del Poder y las conductas que lesionan nuestros derechos”.

-¿Cómo nació la idea para realizarlo?-

“Soy un gran entusiasta y observador de los fenómenos surgidos en comunicación a partir de la revolución informática. Me asombra por ejemplo la capacidad del meme para transmitir información y emociones. De igual forma, me maravillan las redes sociales, que constituyen una realidad paralela al mundo físico determinada por la velocidad y la supresión de las fronteras.

Con El Fellatio intento producir esa mezcla de reflexión/gratificación instantánea, apostándole a su esparcimiento viral. El formato de portada periodística me ha parecido siempre de un alto impacto visual. Originalmente quería algo clásico, pero opté por fusilarme el formato de la prensa amarillista europea, concretamente The Sun. Creo que así se pueden colocar y leer rápidamente cuatro o cinco ideas dispersas”.

-¿En qué se basan para conseguir los temas?-

“La agenda te la marcan muy claramente las mismas redes sociales, los temas del momento están allí. Claro, no se trata de ser redundante, sino de fijar una postura que ayude al ‘lector’ a emitir su propio juicio. Se privilegia a los temas locales.

La oferta está saturada en temas nacionales e internacionales, en cambio en el ámbito local hay una gran necesidad de hacer crítica y señalamientos libres de las restricciones de los medios tradicionales. No obstante, y sin problema, me permito tocar los temas nacionales, internacionales, e incluso de deportes y de la farándula, aunque no sean la prioridad”.

-¿Cuántas publicaciones tienen?-

“Está próximo a aparecer el número 30. Ojalá al llegar a los 100 podamos publicar un compendio. Aunque es un producto que nació eminentemente para la red social y las plataformas digitales, la verdad es que muero por verlo impreso en papel o en una camiseta”.

-¿Qué influencia tiene?-

“Tiene cerca de 2 mil seguidores. Pero cada publicación alcanza en promedio a unos 13 mil o 15 mil cibernautas. Algunas entregas sin embargo sobrepasaron las 40 mil lecturas y un meme original del Gobernador alcanzó a más de 300 mil internautas. No está mal si consideras que no se ha invertido en esto un sólo peso (aunque tampoco he ganado uno solo, así que estamos tablas)”.

-¿En qué redes sociales se encuentran?-

“En Facebook y una amiga administra la cuenta de Twitter (o eso creo). Lo que pasa es que nunca he sido muy diestro en la red del pajarito. En Facebook me desenvuelvo mucho mejor, leo las reacciones, me retroalimento y observo comportamientos y las estadísticas”.

-¿Han tenido problemas de censura?-

“Bueno, no realmente. Esa era la idea desde que me decido a apostarle por entero a la plataforma virtual. Aun creo que el papel le confiere cierta autoridad a lo que se escribe, o cierta relevancia (emparentada con la credibilidad). Desafortunadamente vivimos tiempos difíciles para la libertad de expresión. A mí me habría gustado empezar en el papel y de allí pasar a las redes. Pero, con algo de suerte, quizás veamos al Fellatio pasar de lo virtual a lo impreso.

Hasta ahora, y volviendo a lo de la censura, los comentarios menos favorables provienen como siempre de los  lectores más conservadores cuando se toca algún tema religioso. Hubo una reacción inesperada hace poco, cuando surgió una página similar (en nombre y concepto), motivada no tanto por imitación como por las ganas de generar confusión y diluir la crítica que hace El Fellatio. Pero no teniendo rostro y, dado que no ejerce una real crítica al sistema, puede considerarse un mero ‘troll’ lanzado desde el anonimato más pusilánime”.

-¿Hasta dónde esperan llegar?-

“Hasta el día que pueda pagarle a un diseñador. La verdad sería un logro conseguir que un producto contestatario llegue a ser redituable. Claro, echándole flores al Gobierno habría sido rentable desde el primer número, pero ¿cuál sería el chiste? Se trata de crecer sin vender tus principios.

Respecto al diseño, como lo hago todo yo solo y en Power Point (se valen risas) muchos se admiran y otros lo ridiculizan por lo mismo. Siempre he sido un pésimo diseñador, pero esta exigencia autoimpuesta me ha servido para desarrollar esas habilidades atrofiadas. Con un mejor software sé que se le podría dar un aspecto más profesional, pero de momento cumple con su función comunicativa”.

-¿Qué ha sido lo más extraño que les han comentado?-

“Una historia recurrente es la de quienes son entusiastas lectores de El Fellatio y por su trabajo en alguna dependencia, o alguna relación personal con la gente del Gobierno, no pueden suscribirse a la página o darle ‘like’ ni comentar ninguna de las publicaciones. Se respeta la discreción, pero no deja de ser una pena que esa sea nuestra realidad”.

-Si pudieras compararlo con un medio nacional. ¿Cuál sería?-

“No, no podría compararme con ningún medio nacional. Sin embargo, me encanta reconocer mis influencias. De antaño: la revista Mad, las viñetas de Ripley’s, la revista El Chamuco, los libros de Rius, la Chora y el Weekend Update de ‘Saturday Night Live’. En la actualidad El Deforma y El Pulso de la República me parece que lo hacen divertido sin ser tendenciosos. De Gringolandia me gusta Last Week Tonight con John Oliver. Ojalá un día El Fellatio sea referente como cualquiera de ellos”.