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Recupera Andrés Hoyos la memoria festiva y convulsa de Colombia
El periodista, editor y escritor Andrés Hoyos (Bogotá, 1953) defiende que Colombia es un país festivo y que, incluso "en mitad de los tiroteos más bravos", la gente sale de fiesta, "hay esa tradición".
Así justifica el título de su quinta y última novela "Los hijos de la fiesta" (Malpensante, 2016), una extensa historia de más de 800 páginas, que retrata a la burguesía bogotana de la segunda mitad del siglo XX, y que muestra que muchos colombianos han nacido nueve meses después de un encuentro festivo.
"Las fiestas tienen un componente erótico fuerte; la gente no va a las fiestas para ser una buena persona, sino para empatarse...y entonces, hay hijos de la fiesta", declara el autor en una entrevista con Efe.
Con una estructura original, dividida por capítulos que viajan entre el pasado y el presente, "Los hijos de la fiesta" desarrolla la vida de dos clanes familiares, dos amantes, que se cruzan y se mezclan con la ciudad de Bogotá como fondo del escenario.
"La ciudad imprime carácter. Por un lado, tiene sus ataduras y sus miserias; por otro, sus poetas, sus músicos...no ha sido fácil meter a Bogotá en la historia pero soy de aquí, es mi ciudad", declara, no sin lamentar que la capital colombiana tiene "relativamente pocas novelas" en comparación con otras metrópolis como Londres, Barcelona o Ciudad de México.
Además de la pasión que protagonizan los personajes Isabel Linares y Alejandro Salinas, la convulsa historia de Colombia se cuela con fuerza entre las páginas. Aunque la novela transcurre entre 1957 y 1995, el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948, surge como un episodio inevitable.
"Está la famosa frase de Vargas Llosa '¿en qué momento se jodió el Perú?'. Pues bien, ¿en qué momento se jodió Colombia?: el día del asesinato de Gaitán", este hecho no se ha podido digerir y desató toda clase de espectros, fantasmas que ha sido imposible volver a meter en la Caja de Pandora", señala Hoyos en la entrevista.
"Colombia estuvo, en algún momento entre 1984 y 2002, al borde de un colapso irreparable, no pasó pero vivimos en el pasado momentos y situaciones muy peligrosas", añade.
Pese a todo, este destacado columnista del diario El Espectador, se muestra optimista y confía en que Colombia pueda ser "un país viable" en los próximos años.
Según Hoyos, la esperanza viene, en parte, del diálogo por la paz en La Habana entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC.
"Hay una paradoja importante: si llega el posconflicto -acuerdo de paz-, las artes pueden ser grandes protagonistas, así ha pasado en otras partes del mundo, y esto es muy importante", resalta.
Así lo espera también como fundador de El Malpensante, una revista cultural colombiana que cumple estos días 20 años y que, "aún con tinta roja", es una institución literaria en los países de habla hispana.
El Malpensante, un nombre inventado por el escritor siciliano Gesualdo Bufalino, ha dado a conocer en sus páginas a escritores colombianos como Alberto Salcedo Ramos, Juan Gabriel Vásquez, Juan Carlos Garay y Héctor Abad Faciolince.
A la publicación mensual, hay que sumar una pequeña editorial con el mismo nombre que desafía al libro digital y a los grandes editores.
"El mundo editorial está muy vivo, no tiene una gran rentabilidad, no te vas a volver rico pero hay público. En español, en particular, el libro digital ha tenido una penetración pequeña, y el papel sigue teniendo vigencia", comenta.
Sin dejar la literatura y volviendo a "Los hijos de la fiesta", Andrés Hoyos invita a la lectura por placer de "esta novela larga contemporánea", que le costó nueve años de trabajo escribirla y que está pendiente de su publicación fuera de Colombia.
"La novela es como un viaje", concluye este autor que reivindica a "esos colombianos que, de alguna forma, son un poco... hijos de la fiesta”.