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Agradecen a la Diócesis de Saltillo apoyo a causas sociales
Ayer se llevó a cabo el foro “Voces de Esperanza”, organizado en el marco del 125 aniversario de la fundación de la Diócesis de Saltillo. Representantes de las diversas causas sociales que han trabajado de manera colaborativa con la Iglesia agradecieron el apoyo recibido de parte del obispo Raúl Vera.
Entre los representantes de los grupos que han recibido el apoyo de la Diócesis están los habitantes del ejido Noria de la Sabina, un pueblo donde se construye el confinamiento de desechos tóxicos en General Cepeda, al que se han opuesto todos sus ejidatarios.
Martín Torres, uno de los campesinos que ha impulsado esa lucha desde hace 18 meses, dice que lo único que piden en el pueblo es vivir en paz y con salud, porque al construirse el confinamiento no habrá ninguna de las dos cosas.
“Preferimos vivir en un lugar que no tiene agua potable y donde no hay ganado, que vivir cerca de un basurero tóxico que a futuro nos va a atraer muchos más problemas”, y aprovechó para agradecer la intervención del obispo Raúl Vera en la lucha.
En el foro realizado en el Recinto de Juárez también estuvieron presentes las familias que integran el colectivo Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Coahuila (Fuundec), y a nombre de Lourdes Herrera, madre de Brandon Esteban Acosta Herrera, esposa de Esteban Acosta Rodríguez y cuñada de Gerardo así como de Gualberto Acosta Rodríguez —todos desaparecidos desde el 29 de agosto de 2009 en la carretera Monterrey-Saltillo— agradeció el apoyo de las autoridades eclesiásticas en el camino de la búsqueda de los suyos.
Durante su intervención en el foro de la fundación de los 125 años de la Diócesis, Lourdes Herrera señaló que cuando inicialmente las familias eran víctimas de desaparición no sabían a dónde acudir y buscaban la comprensión y el apoyo de todas las personas hasta que conformaron en 2009 el colectivo Fuundec, y de inmediato fueron acogidos por la Diócesis de Saltillo.
“La Iglesia no es aquella donde se la pasan encerrados rezando; la verdadera Iglesia es aquella que ayuda a sus fieles para accionar hacia afuera”, dijo Herrera en agradecimiento al obispo Raúl Vera, quien ha encabezado la lucha por la búsqueda de la justicia de los desaparecidos.
En el mismo lugar el padre Pedro Pantoja, encargado de la defensa de los migrantes y de los derechos humanos, recordó que los inicios de la Casa del Migrante también están teñidos de sangre, pues hace varios años fueron asesinados a pedradas los adolescentes hondureños José David y Delmer Pacheco, por lo que hubo la necesidad de crear un refugio para los migrantes que buscaban huir de la violencia y la falta de oportunidades en sus países.