Profesor de 68 años lucha por tener un buen servicio médico

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Profesor de 68 años lucha por tener un buen servicio médico

Foto: Archivo
"Desde hace 6 años comenzó a presentarse la crisis. No hay medicamentos, nosotros tenemos que pagar todos los medicamentos de nuestra bolsa"

Saltillo.- Durante 25 años trabajó como profesor sin faltar nunca a sus aportaciones para poder obtener su seguridad social (pensión y servicio médico) y poder brindarle un servicio médico a su esposa. Después de haberse jubilado y a sus 68 años todavía lucha, junto con los demás trabajadores de la educación en Coahuila, para que su esposa reciba un trato digno en la Clínica del Magisterio. 

De vez en cuando realiza guardias en el plantón frente al Palacio de Gobierno, donde los profesores exigen que se deroguen la ley de pensiones y del servicio médico, porque violan sus derechos humanos. 

“Cuando yo me jubilé no había muchas deficiencias en el servicio médico, pero no nos quejábamos tanto del servicio. Sin embargo, desde hace aproximadamente seis años comenzó a presentarse la crisis. No hay medicamentos, nosotros tenemos que pagar todos los medicamentos de nuestra bolsa”, comentó. 

Hace un año, su esposa, quien ahora tiene 63 años, comenzó a sentir un dolor intenso en una de sus rodillas. Al acudir a la Clínica del Magisterio, el doctor le diagnosticó que ya no tenía cartílago en su rodilla y que requería una cirugía para colocar una prótesis. 

El médico les comentó que se trata de una cirugía delicada, sin embargo, en ese momento su esposa no se sentía preparada mentalmente para ser sometida a dicha operación, por lo que decidió esperar. 

“Se viene luego el problema de que comienza a faltar el medicamento porque los proveedores no quieren surtir debido a la deuda tan grande que hay. Nosotros tenemos que pagar el medicamento de nuestro dinero, aunque en la pensión, que es de lo que mis esposa y yo vivimos, todavía nos siguen descontando lo del servicio médico”, comentó. 

Ahora que su esposa requiere la cirugía, el doctor les comentó que no pueden realizar la intervención porque no hay medicamento, ni los aparatos necesarios ni tampoco cuentan con una prótesis. 

“No podemos conseguir la prótesis porque está en 45 mil pesos. La operación, si la hacemos por otro lado, la estiman en 150 mil pesos, pero yo no tengo ese dinero para que se opere. Si yo los tuviera, pues que mi señora se opere ya, pero no los tengo. Ella no puede caminar mucho, le da un dolor muy fuerte, ella se desespera porque hasta hace poco estaba muy bien”, expuso. 

Actualmente, debe pagar cada mes alrededor de 2 mil pesos en los medicamentos que su esposa requiere para el dolor, además de otros para regular la presión de ambos, pese a que también paga, desde hace seis años, un porcentaje extra del que le descuentan mensualmente de su pensión, para un “coaseguro” con el que, supuestamente, recibiría un mejor servicio en la Clínica del Magisterio.