‘Me da miedo denunciar a mi agresor’

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‘Me da miedo denunciar a mi agresor’

ESTIMADA ANA:
Desde que llegué a estudiar a esta ciudad vivo en unos departamentos. Al paso de todos estos años he visto pasar infinidad de estudiantes y parejas en los contiguos al mío.

Hace algunos meses llegó una pareja, al parecer recién casados, que aparentan unos 35 años en promedio de edad. Desde que llegaron, ha sido más o menos unas cinco o seis veces las que se escucha que discuten muy fuerte.

Él grita y ella llora. La primera vez que sucedió, salí corriendo a ver que sucedía pues pensé que había sido un accidente, pero al llegar el esposo me abrió la puerta, cuando le ofrecí ayuda me dijo que me largara y que no volviera a meterme en lo que no me importa.

Realmente me siento muy impotente, me da mucha rabia que él esté abusando de su mujer, de la forma que sea. ¿Qué puedo hacer en este caso? Me da miedo que al denunciarlo, tome represalias contra mí, pues ya me amenazó con hacerlo. 

VERÓNICA
 

ESTIMADA VERÓNICA:
Generalmente, las llamadas a la policía para denunciar hechos como el que describes son anónimas, así es que si lo deseas,  ya sea sola o en acuerdo con otros vecinos, lo hagan. La cultura de la denuncia no está muy arraigada en estos tiempos, en los que por miedo, dejamos de hacer cosas que de antemano sabemos que no son correctas.

Lamentable que se den casos de violencia y la mujer soporte los malos tratos sin denunciar, ya sea por miedo a quedarse sola o por miedo a que la abandonen. Sí, efectivamente, miles de mujeres prefieren aguantar todo eso y más, con tal de no estar solas y ya no tener por ejemplo, un respaldo económico.

Otras más soportan para no dejar a sus hijos sin la figura paterna y habrá otras que le temen al “qué dirán”. Así de extraño es este mundo.

ANA
 

ESTIMADA ANA:
Hola, antes que nada quisiera agradecer por el espacio que dedica este periódico a personas que, como yo, tenemos ciertas dudas que difícilmente consultaríamos con un especialista.

Debe haber muchas razones, pero en mi caso y creo que el de muchas mujeres más, no es tanto por la cuestión económica, más bien es por pena a que alguien nos vea.

Mi problema es el siguiente: tengo 67 años, madre de familia de cinco, todos mis hijos casados. Me cuesta mucho trabajo hacerme esas revisiones médicas ginecológicas. Soy muy penosa, sobre todo por llevo ya más de 20 años sola.

No estoy divorciada, pero mi esposo y yo nos separamos hace muchos años. Bueno, desde entonces admito que no me hago tales revisiones, principalmente porque nunca me he sentido mal.

El conflicto viene porque mis tres hijas insisten en que me quieren llevar a consulta y no estoy de acuerdo. Durante mucho tiempo me atendí con una ginecóloga y siempre, aunque era realmente incómodo, afortunadamente ella era muy buena persona y sabía cómo tratarme.

Todo se agravó desde que a una de mis comadres, la mamá de una de mis nueras, le detectaron cáncer en la matriz. Desde entonces es más la insistencia. Lamento mucho lo que le sucede a la comadre y la verdad sí me dio miedo, pero es que yo no tengo malestar alguno.

La última vez que fui a consulta, la experiencia fue muy mala: La doctora me empezó a regañar, me habló de muy malos modos. No entiendo cómo una mujer que debería entenderme, en lugar de eso actúa de esa forma. Se dedicó a ridiculizarme y preferí irme a media consulta. Sra. 

RUBINIA
 

ESTIMADA RUBINIA:
Creo que lo primero que debes hacer es separar dos aspectos de tu problema: el clínico del emocional. Ten por seguro que te entiendo más de lo que te imagines.

Lo primero, es que me parece que tienes toda la razón es que si te sientes ofendida o incómoda con algo, pues lo manifiestes de la mejor manera posible. Nadie tiene derecho de tratarnos mal, sobre todo si nosotros nos conducimos con el respeto que esperamos sea recíproco.

Debes aceptar que la preocupación de toda tu familia es legítima. Eso que tú no realizas, esos chequeos, son en muchas ocasiones la diferencia entre la vida y la muerte.

Hay campañas para que todas las mujeres no sólo lo hagamos, sino que promovamos este tipo de acciones que salvan millones de vidas cada año. Creo que en ese sentido no puedes dejar de lado los exámenes médicos, y en tu caso la mejor manera es que busques conscientemente algún doctor o doctora de tu agrado.

Por último: ¿Qué sentirías de saber que la vida de algunas de tus hijas depende de un examen y ella no quiere practicarlo simplemente porque se siente incómoda?

ANA