Conciencia contra corrupción

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Conciencia contra corrupción

Se dan modalidades en la corrupción.
 
La más conocida es la “mordida”, la “luz por delante” “el moche”, el “maicear” con sus parentelas regionales de lenguaje coloquial.  Son formas que expresan la compra de una conciencia. “No hagas lo que debes hacer y te pago por eso”. Un servidor público no aplica una ley, hace una excepción porque hubo billetiza de por medio.
 
Ya en las esferas de alta burocracia y de mandato dado por elección popular, la modalidad más común de corrupción es el empleo indebido de los fondo públicos. Se canalizan tramposamente a beneficios privados, particulares, familiares o personales. 
 
En contrataciones oficiales puede darse “la luz por delante”  que logra la preferencia que prescinde de la aptitud. No se escoge al mejor sino al que ofrece más. Son operaciones no registradas.
 
El ciudadano común evita una multa, apresura un trámite, se libra de una sanción, obtiene trato preferente pagando subrepticiamente un precio convenido.
 
La alteración de cantidades con sobre-facturaciones que inflan precios y presentan inexistentes gastos cuantiosos logran tajadas con provechos recíprocos. Las dobles contabilidades son ocultas y torcidas destrezas profesionales bien remuneradas por el soborno. 
 
Se busca ahora el recurso legislativo. Leyes que obliguen a rendir cuentas y operar con transparencia, sin recovecos intocables. También el recurso punitivo de altos pagos o mayor privación de la libertad.
 
Los sistemas de control,  de comprobación cibernética, de cerrar arcas para que ni el justo peque pueden mejorarse. Pero combatir la corrupción es como combatir la inseguridad. No es asunto solo de autoridades o de policías. Tiene que llegarse al cambio de mentalidad, de actitud, de conducta no viciosa sino virtuosa.
 
Familia, escuela, comunidad de fe, institutos de capacitación, medios de difusión han de bloquear la corrupción como camino de éxito. Un bloqueo de principios, de ejemplaridades, de denuncia y de anuncio que vaya perfilando el actuar consciente y responsable en cada ciudadano.
 
En oriente cuelgan a los políticos corruptos y los exhiben ahorcados en lugares públicos. La formación de la conciencia es lo más poderoso  y humanizante. La corrupción es como la tiniebla: no existe. Solo es falta de luz. Como el frío: no existe. Solo es falta de calor: como el mal: no existe.  Solo es privación de bien…