Mirador 22/07/16

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Mirador 22/07/16

Según es bien sabido, todos los caminos llevan a Roma.

Sin embargo, yo conocí un camino que no llevaba a Roma.

¿A dónde llevaba ese camino?

Nadie lo sabía, y yo menos que nadie. Ni siquiera el camino sabía a dónde llevaba.

Los caminos que llevan a Roma son muy necesarios. Si no existieran ¿quién llevaría a Roma? Lo malo de ellos es que son muy predecibles: desde el principio sabes que todos te llevarán a Roma.

Por eso cuando me llegó el momento de escoger camino yo tomé el que no llevaba a Roma.

Por él voy ahora, sin saber a dónde me llevará.

Quizá me llevará a todas partes, y eso es emocionante.

Quizá no me llevará a ninguna, y eso es más emocionante aún.

Lo cierto es que no todos los caminos llevan a Roma.

Y eso es muy bueno.

¡Hasta mañana!...