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La prensa canalla
Partimos de varias premisas que todos compartimos: el periodismo lo deben practicar gente buena, no canallas; éste debe de estar siempre del lado de los desvalidos, no de los poderosos; el periodismo libre apuntala a la democracia y la democracia da alas al periodismo libre. Ésta es la teoría; en la práctica, no siempre es así.
El francés René Bartillac dice todo lo contrario en pleno siglo XXI. El libro es perturbador, el ensayo de René Bartillac (Toulouse, Francia, 1949), quien no es periodista, sino escritor y graduado en Ciencias Políticas en la Sorbona, sabe de lo que habla. En un mundo perfecto, la apuesta del periodismo libre tendría como summa de su práctica y arte, no un periodismo subjetivo, sino objetivo y parcial. Ojo, nada plural. Y este objeto debería ser tan parcial, que siempre debería ejercerse del lado… de los que menos tienen. Del lado de los jodidos, de los descamisados, de los pobres, de las masas vulnerables, de los asesinados, de los violados, mancillados, ofendidos; de los desaparecidos (que en México son legión)… Pero ¿este periodismo es el que usted ve diario en los grandes titulares? Como bien lo apuntó en el siglo pasado Herbert Marcuse: “¿Se puede en verdad diferenciar entre los medios de comunicación de masas como instrumentos de información… y como medios de manipulación y adoctrinamiento?”
René Bartillac, quien en su carrera diplomática estuvo como funcionario de carrera destinado a la embajada de Francia, en Bogotá, Colombia, en su libro “Prensa canalla” (L.D. Books. Colección “Conjuras”, 147 páginas) abona múltiples semillas a la parcela del desengaño, el desdoro, el poco honor del cual hacen gala los modernos corporativos de prensa en el mundo, y devela el tejido financiero que subyace en las empresas y holdings que tienen en un puño y bajo su yugo a los pocos periodistas que aún pululan en el mundo en solitario. Sí, justo hoy que en teoría y sólo en teoría, con la llegada de Internet a la vida cotidiana, el mundo es más libre. Basura. Nunca como hoy hay un control tan férreo y maquillado que hace pensar que los mejores días del periodismo fueron ayer. “La prensa, Watson, es una institución muy valiosa. Si se sabe cómo utilizarla”. Le advertía el inigualable Sherlock Holmes a su fiel escudero y mozo de estoques en una novela escrita por Arthur Conan Doyle. El aforismo se cumple a cabalidad hoy. Quien tiene dinero, tiene poder. Y quien tiene dinero puede tener poder político, mediático y judicial. Con dinero, todo se puede.
Esquina-bajan
El dinero, la riqueza es global en este siglo, sí, pero está concentrada en pocas manos. Tan pocas, que los magnates y sus empresas se diversifican para abarcarlo todo. Engullen y depredan lo que se interpone a su paso, incluyendo a medios de comunicación. Dos ejemplos rápidos, paradigmáticos y al azar: es de Australia, pero se convirtió en el magnate de los medios de comunicación de su país natal, de Europa y los Estados Unidos. Sus métodos para levantar estos emporios, diarios y televisoras, no han sido el buen periodismo, la investigación o la ética; todo lo contrario, sus herramientas han sido la difamación, el chantaje, el escuchar y grabar ilegalmente a políticos, reyes, deportistas, gente del espectáculo, jueces, empresarios… a todo mundo que le pudiese rendir dinero y poder.
Es Rupert Murdoch quien desde 1969, al desembarcar en el Reino Unido, comprando el semanario “News of World” y “The Sun”, no ha parado de fusionar, adquirir o crear medios de comunicación en todo el orbe. En 1981 adquirió el “Sunday Times”, la Comisión de Monopolios y Fusiones de Inglaterra no hizo nada. Estaba en ese entonces como aplanadora la sociedad Thatcher-Murdoch. Adquirió luego “The Times”. Decidió entonces invertir en EU. En 1986 inició lo que ahora es un “tanque mediático”, en definición del analista: “Fox Television”. ¿Sabe usted quiénes son tres de sus principales caras y presentadores frente a público, con un arrastre entre los conservadores, claro, amparados en el Partido Republicano? Sarah Palin, Newt Gingich y Rick Santorum.
Cuenta el analista francés que, cuando bramaban las campañas donde fue electo por primera vez Barack Obama al frente del país más poderoso del mundo, Murdoch llegó a anunciar en su cadena del… “asesinato de Obama” en Iowa. La mentira como noticia. Murdoch ha donado millones de dólares a la Cámara de Comercio identificada con el partido Republicano y se estima que “invirtió” 75 millones de dólares de procedencia legalmente opaca en las elecciones primarias estadounidenses de aquel año.
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¿Por qué los malos triunfan siempre? Continuará…