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Alexa

Un Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación en México. 

¿Podríamos pensar en la utilidad de un organismo como este en un País como el nuestro? Si de lo que estábamos habituados a debatir era sobre la discriminación que sufrían muchos de nuestros coterráneos al cruzar la frontera rumbo al norte o en países de Europa donde los términos para referirse a los compatriotas tampoco eran nada agradables?

Pues sí, sí que resultaba necesario. Indispensable en un País como el nuestro en aquel año de 2001, cuando un grupo de personas, 160 en total, presididas por el siempre entrañable y extrañado Gilberto Rincón Gallardo, instaló la Comisión Ciudadana de Estudios contra la Discriminación. Su primera misión fue entender el fenómeno pensando en México y reunir información para documentarlo. Se diseñaron políticas públicas y se dictaron disposiciones para prevenir y eliminar actos que violenten el derecho a la igualdad en derechos y oportunidades, con un imperativo de justicia en primer término.

Gracias a este trabajo de investigación, nació el anteproyecto del cual surgiría La Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, en 2003, que daría origen al Conapred.

Su primer presidente sería el propio Gilberto Rincón Gallardo, que con la gallardía con que hizo honor a su apellido sentó las bases para que este País se pusiera no sólo a pensar en los actos discriminatorios contra los connacionales, sino lograra establecer mecanismos para evitar la discriminación.

Hace unos días la maestra Alejandra Hass, actual presidenta del Conapred, compartía en entrevista con Javier Solórzano, en el noticiario de Canal Once, las formas de discriminación prevalecientes en México. Señalaba que estamos acostumbrados a pensar que se trataría de algunas cuantas, pero que en realidad la discriminación abarca, hoy por hoy en nuestro País, muchas variantes: la religiosa, la sexual, la socioeconómica, embarazo, idioma, estado civil.

Alejandra Hass fue investigadora del equipo que elaboró el Reporte sobre la Discriminación en México 2012 y coordinó la estrategia de la No Discriminación de Derechos Humanos del Distrito Federal. Destaca que, al ser nombrada presidenta de la institución, estuviera embarazada.

Un largo preámbulo para referirnos a la forma en que un grupo de mexicanos se expresó de manera burlona y discriminatoria de la gimnasta Alexa Moreno en los Juegos Olímpicos que se realizan en Río de Janeiro, Brasil.

Por la forma en que fue tratada en las redes, donde se burlaron de su físico; por la manera en que aún hay un grande sector de la población que todavía es renuente a respetar los derechos de las personas con preferencias sexuales distintas a la propia; por la discriminación que sufren las mujeres que están embarazadas, para poder entrar a trabajar en un puesto; por el trato inferido a grupos de personas procedentes de naciones indígenas, incluso de nuestro propio País, se desprende que falta mucho por hacer en materia del respeto a los derechos humanos en el País, entre los propios ciudadanos mexicanos. Por fortuna, estados como el de Coahuila han buscado revertir cuadros discriminatorios. El que sea uno de los pocos estados en que se oficializó el matrimonio entre parejas homosexuales, habla de inteligencia.

En estos temas, no se trata de asuntos de “tolerancia”, porque el término ofrece la connotación de una aceptación que se coloca por encima del individuo al que se “tolera”. No. Se trata de un asunto de aceptación sin condiciones.

Alexa está entre las mejores del mundo que compitió a nombre del nuestro. Hablando de su físico, ¿cómo es posible que neguemos las raíces de que estamos alimentados?

¿Cómo que neguemos nuestra propia idiosincrasia, que es doblemente hermosa? Un gran número de mujeres de nuestra tierra posee un bello cuerpo que fue constituido así por las necesidades de sostener temporadas de escasez de alimentos. Herederos de una tradición, la rechazamos, encandilados como estamos por un mundo que consideramos fantástico vendido en los medios de comunicación y que aceptamos de manera acrítica, sin más ni más.

Alexa es un ejemplo de la manera en que debemos trabajar para considerarnos de verdad un México unido en la riqueza de su belleza y pluralidad.MAría c. recio