The New York Times le dedica un artículo a María Terrón, la voz del “fierro viejo”

Usted está aquí

The New York Times le dedica un artículo a María Terrón, la voz del “fierro viejo”

Foto: Especial
“Suena en un principio como un grito de ayuda, es la voz quejumbrosa de una mujer en apuros. (¿O es una chica?)”, dice el diario The New York Times sobre la voz de María Terrón

Ciudad de México.- “Se compran colchones, tambores, refrigeradores, estufas, lavadoras, microondas…”, así dice la famosa voz que se escucha en las calles de la Ciudad de México y en la que el diario The New York Times se interesó.  Este semana dedicó un articulo a su creadora.

“En medio del ruido, muchos aquí se preguntan, a veces en la curiosidad y aunque a menudo con molestia: ¿De quién es esa voz?”, escribe el articulista Kirk Semple .

Posiblemente parezca poco familiar el nombre de María del Mar Terrón Martínez, sin embargo los habitantes de la Ciudad de México la han escuchado gritar cientos de veces. Es de ella la voz que se escucha en el megáfono de la camioneta de recicladores que recorre colonias en busca de que les vendan o compren fierro viejo.

“Suena en un principio como un grito de ayuda, es la voz quejumbrosa de una mujer en apuros. (¿O es una chica?) ¿Realmente necesita que la rescaten? Es tan difícil decirlo a esa distancia”, escribe el periodista.

Su padre, Marco Antonio Aguilar Terrón, es un recolector de chatarra, agotado de gritar por un megáfono “una noche en 2004 le pidió a su hija a grabar el mensaje para él”, recuerda el medio.

El trabajo de Terrón, dijo su padre al medio norteamericano, ya es famoso en todo México, pues el audio ha sido copiado por cientos de comerciantes de chatarra, incluso en varios países de América Latina y Estados Unidos.

“Un amigo que fue criado en las aguas del sur de Virginia tiene dificultades para adaptarse a los sonidos de la metrópoli mexicana.’Cacophony’, él lo llama. Prefiero pensar en ello como una sinfonía coral elaborada, con los vendedores ambulantes como sus solistas, proporcionando la banda sonora de una ciudad inquieta”, concluye Kirk Semple.