Oír ambos repiques

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Oír ambos repiques

Hay falsas ortodoxias sin diálogo.

Hay campos de concentración ideológicos. Hay orejeras direccionales que sólo captan el sonido de una de las dos campanas. Se quedan con la mitad de la realidad pensando que es toda.

Más que buscar objetividad en la información o ponderación en el juicio, se busca confirmar posiciones tomadas. Importan más los intereses que la verdad, las falsas seguridades más que la realidad.

Se prefiere sacralizar el propio camino satanizando el contrario. Habiendo todo un arcoíris, se usa sólo un color en el cristal, al  través del cual se contemplan los hechos.

Este sectarismo informativo  e intelectual prefiere los antis a los pros. Busca crear un complejo de decencia y de impecabilidad cubriendo las propias fallas con la condenación de las que en otros se suponen.

Se escucha lo que complace oír. Se evita la autocrítica y se sustituye el reconocer y el excluir por la cacería de brujas y la actitud inquisitorial. 

Sería más sano escuchar ambos repiques. Algunas veces lo más desagradable es lo que más se necesita oír. Con sólo las luces o con sólo las sombras no se capta el cuadro completo

En el repique del porvenir sonarán los dos repiques. Quizás el debate público llegará a ser la forma madura que se impondrá al monólogo manipulador.

Entonces el discernimiento sustituirá a la pasividad domesticada. Los campanarios seguirán repicando sus campanas y todas serán escuchadas. La información dejará de tener esa mala costumbre de provocar cojera auditiva en los radioescuchas o convertir en tuertos a los lectores de periódicos.

Es fácil negar pero es mejor distinguir y aceptar la parte razonable del opositor. De este lado del río, el seis que se ve desde la otra orilla se ve como un nueve. Sólo el coloquio, la conversación y el dialogo tienen potencia integradora.

Si no se oyen ambos repiques seguirá cada ciego con su idea de elefante. Al que le tocó trompa dirá que es como serpiente, al que le tocó pata dirá que es como un árbol y a que le tocó panza dirá que es como un muro. Y todos tendrán razón….pero el elefante es todo eso y más…