Los jóvenes cada vez más en la diana del ictus

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Los jóvenes cada vez más en la diana del ictus

Foto: Especial
También los cardiólogos advierten de ese adelanto en la edad que, desde su perspectiva, no solo puede obedecer a trastornos cardíacos primarios, sino a la progresión de enfermedades como la hipertensión, la cardiopatía coronaria o la fibrilación auricular

En las últimas dos décadas ha aumentado un 25% el número de casos de ictus entre 20 y 64 años. En todo el mundo, más de 83.000 menores de 20 años llegan incluso a sufrir un infarto cerebral, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

“Los estudios demuestran que hay un incremento en el número de casos en edades más tempranas. A nivel global el 10 y el 12% de los pacientes tiene menos de 50 años, un porcentaje que va creciendo”, explica a EFEsalud el neurólogo Javier Gállego Culleré, coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN.

También los cardiólogos advierten de ese adelanto en la edad que, desde su perspectiva, no solo puede obedecer a trastornos cardíacos primarios, sino a la progresión de enfermedades como la hipertensión, la cardiopatía coronaria o la fibrilación auricular.

Precisamente la fibrilación auricular, “un desorden absoluto en la contracción de las aurículas”, explica el doctor José Luis Palma, vicepresidente de la Fundación Española del Corazón (FEC), es uno de los factores de riesgo y está asociado al propio envejecimiento, por eso hasta ahora era más propio de enfermos de la tercera edad.

“En pacientes con hipertensión o fibrilación articular, vemos pacientes jóvenes, de menos de 50 años, con ictus de origen embólico”, apunta el cardiólogo, quien precisa que la fibrilación auricular “de origen desconocido y primario se da en personas muy jóvenes que si no se tratan adecuadamente con anticoagulantes pueden originar un trombo-embolismo que puede llegar al cerebro”.

Al margen de causas congénitas, los verdaderos factores de riesgo que están detrás del adelanto en la edad de padecer un ictus son los hábitos de vida alejados de los parámetros saludables, tanto en los países desarrollados como en los más pobres.

“Estamos observando como los factores que consideramos de riesgo cerebrovascular clásicos aparecen cada vez con mayor frecuencia en edades más tempranas y eso tiene que ver con la falta de educación en los hábitos de vida higiénico-dietéticos”, apunta el doctor Gállego, neurólogo en la Clínica Universidad de Navarra, en Pamplona.

Tabaquismo, estrés, sedentarismo, abuso de alcohol y drogas, mala alimentación, trastorno de los lípidos (dislipenia), apnea del sueño, hipertensión, obesidad o diabetes, una combinación peligrosa.

“Cuando en una persona joven se dan varios de estos factores sus efectos se pueden multiplicar. Es frecuente ver a un hombre joven con sobrepeso, fumador, sedentario, con apnea del sueño que, además, puede abusar del alcohol y así desarrollar hipertensión o diabetes en edades más tempranas”, explica el doctor, que ha tratado en su consulta a pacientes con ictus de 20 y 30 años.