MOSCÚ.- Rusia, Irán y Turquía son favorables a un “amplio” alto el fuego en Siria y están dispuestos a favorecer un compromiso entre el Gobierno sirio y la oposición y ser garantes de su cumplimiento, dijo ayer el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov. 

Moscú realizó ayer reuniones de Ministros de Exteriores y de Defensa de Irán, Rusia y Turquía que se centraron en el conflicto de Siria. Pero sobre las conversaciones planeó la sombra del asesinato del embajador ruso en Ankara el lunes. El mensaje conjunto dejó claro que los asesinos de Andrei Karlov no lograrán arruinar la lucha antiterrorista. 

La reunión, que citó a los tres Países más implicados en el conflicto sirio, perseguía oficialmente proponer pasos concretos para normalizar la situación en Siria, garantizar el cese de la violencia y la llegada de ayuda humanitaria paralelamente a una lucha armonizada contra los grupos terroristas.

La posición de Irán y Rusia, valedores del régimen que preside Bashar el Asad, ha chocado durante toda la crisis con la mantenida por Turquía, que ha apoyado a varios grupos rebeldes que combaten contra las fuerzas de Damasco y también contra ISIS. Pero los tres quieren centrar sus actividades en Siria en la lucha antiterrorista y no en el cambio de régimen, según Lavrov: “Coincidimos en que la crisis siria no puede tener una solución militar, queremos ser los garantes de un arreglo político-diplomático que no tiene alternativa”. 

También abogó por respetar plenamente la soberanía, la integridad territorial y la unidad de Siria como un Estado multiétnico, multiconfesional, democrático y laico.

El titular de Defensa ruso, Serguei Shoigu, defendió que Rusia, Turquía e Irán son capaces de influir en la situación en Siria, a diferencia de la coalición liderada por EU: “Todos los intentos anteriores de acordar acciones por parte de EU o sus aliados estaban abocados al fracaso” a juicio de Shoigu porque “ninguno de ellos tenía influencia real en la situación sobre el terreno”. 

Con información de agencias