Usted está aquí
Porter: la belleza profunda (ahora)
No sé si vienes de aquí o si vienes de allá
No sé si el camino que escogiste te lleve a la verdad
o tal vez no aprendiste y ahora dar te cuesta más
Pudiendo ser el ave izquierda
Huitzil azul, dame más fuerza
Colibri despierta
Y hoy
paso los días y noches enteras buscando
y las pesadillas apenas están comenzando
el televisor hace años me está programando
y hoy paso los días y noches enteras buscándote”
Huitzil. Porter
“Moktezuma y el Anahuak. Una visión mexicana”, escrito por Pablo Moctezuma Barragán es el libro que Porter pone a disposición de sus seguidores al terminar los conciertos en esta nueva etapa creativa. Libros junto a camisas, posters y tazas, pero finalmente ¡libros!
Tuve la fortuna de estar en el concierto que dieron en la Ciudad de México en septiembre del año pasado. Mentiría si digo que anteriormente los seguía. En absoluto. Simplemente un amigo colocó las creaciones de su nuevo disco y su letra ante mis oídos, en abril del año pasado. La fascinación fue absoluta. Evidentemente ya había escuchado algunas de sus piezas cuando el vocalista era Juan Son pero no fui atrapada por esta banda.
Ha sido Moctezuma, su nuevo disco, que en casa, me puso a girar. Hay profundidad, belleza y un compromiso en una banda, que como sus integrantes indican, mutan disco con disco y no tienen estilo. A Moctezuma, con sus sonidos contemporáneos, lo coloco entre los discos fundamentales del rock mexicano.
Aquí la letra de una de sus canciones: “¡Ay que calor! Quiero vomitar este dolor, este dolor. / Cansado voy, de este caminar tan largo. / Voy a volar con el ave sagrada / Guíame Quetzal oeoh / Viajame al final oeoh / Salgan al mar les suplico. / Lo sabemos, lo habían visto. / No vienen en paz, se oyen gritos / Hay tres naves, traen a Cristo. / Guíame quetzal oeoh / Viajame al final oe ooooooh / Salgan al mar les suplico / Hay tres naves traen a Cristo / No vienen en paz, se oyen gritos / Lo sabemos lo habían visto / Viájame al final oeoh / Viájame al final oeoh.”
Incluso el arte en sus producciones visuales que integran a este nuevo disco conmueve y asombra. Sus imágenes son poemas que esperan otro tipo de lectura. Con él, agregan una narrativa vigorosa que se suma a sus letras.
Si bien, buscaron una voz similar a la de Juan y dieron con David Velasco, la pureza de su registro se suma a una emotividad que con suave y clara dicción, atrapa en las historias que ofrece Moctezuma. Junto al talento de Juan Pablo Vázquez, Víctor Valverde, Diego Rangel y Fernando de la Huerta, la mezcla es poderosa.
Pienso que lo que Porter hace ahora, es tomar distancia de la experiencia psicodélica por sí misma y acercarse a la experiencia alucinógena fundada en las raíces de lo que podría llamarse orgullo indígena, o bien, se acerca a un reconocimiento de raíces y experiencias que intentan ser borradas por el río de información hegemónico, raíces con sus propias contradicciones, pero raíces que se expresan y se reconocen en esta nueva producción.
Sus integrantes fueron transformados, entre otras cosas, por “Moktezuma y el Anahuak. Una visión mexicana”, que dice, por ejemplo: “(…) no podemos descartar la existencia de sacrificios humanos en algún lugar o momento del Anahuak, pues éste era un fenómeno universal. Santiago Genovés en Expedición a la violencia nos recuerda que la antropofagia y los sacrificios humanos han existido en todo el mundo. Incluso en la actualidad se dan casos de antropofagia en algunos lugares. Pero definitivamente, al comienzo de la invasión española no existían sacrificios humanos como ellos inventaron. Había asesinatos, ejecuciones, como en todo el mundo pero, de hecho, el concepto ‘sacrificios humanos’ tuvo la tarea de encubrir las relaciones sociales en estas tierras y dar justificación a la invasión”.
Verlos en el Teatro Metropólitan, invitada y en compañía de un músico, experto además en conciertos, Víctor Manuel, me hizo que validara la experiencia que pensaba solo mía: Porter es muy pero muy bueno en vivo. Es genial.