Usted está aquí
‘Pensé que ya no la iba a contar…’
Leonardo Castillo, de 25 años, presume su fuerza y comenta que, al igual que a sus compañeros de trabajo, no le hace falta ir al gimnasio. “Pero esta vez sí nos tumbó la temperatura de 42 grados que se registraba cuando cargábamos el camión con 20 toneladas de naranja. Me deshidraté”.
Leo y sus compañeros son pizcadores de naranja, en el municipio citrícola de Padilla. Desempeñan su trabajo diariamente a la intemperie, con temperaturas superiores a los 35 grados.
“El miércoles, en una huerta del ejido Corpus Christi, como a las dos de la tarde me deshidraté, sufrí un golpe de calor y varios de mis compañeros comenzaron a vomitar”, relató Leonardo.
Explicó que su actividad inicia a diario a las 5:00 de la mañana.
“Para cargar un camión con 21 toneladas de naranja se necesitan unos 16 pizcadores y tres desechadores. Suben la herramienta al camión y la chamba fuerte comienza como a las 9:30 de la mañana”, narró Leonardo.
-¿Cómo fue el incidente?-
“Haciendo mi chamba, arriba, entre la naranja, no agarramos aire. Comencé a sofocarme y la verdad sentí feo, pensé que ya no la iba a contar”, recordó.
-¿Qué tan duro es su trabajo en esta época?-
“Extenuante. Hay ocasiones que sí me dan ganas de rajarme. Pero cuando hay buena chamba me va bien, gano en promedio de 500 a 700 pesos.
“Otro de los compañeros que se deshidrataron, Luis, coincidió en que primero se sintió sofocado y después vomitó.
“Son cosas de la chamba. El calor ha estado muy fuerte”, expresó el pizcador.
El actual ciclo la producción naranjera en Tamaulipas fue de 800 mil toneladas, con lo que ocupa el segundo lugar a nivel nacional.