Usted está aquí
Mirador 01/07/17
Un hombre le dijo a San Virila:
–No creo en Dios. No creo que exista el alma. No creo que haya otra vida después de ésta. No pertenezco a ninguna religión, y pienso que ninguna es verdadera. ¿Qué opinas tú de esto?
–Qué está bien –contestó el frailecito–, con tal de que a nadie hagas daño con tus ideas.
Se fue aquel hombre y vino otro.
–Creo en Dios –le dijo a San Virila–. Creo en la existencia del alma y en su inmortalidad. Creo en una vida eterna. Pertenezco a nuestra santa religión, y pienso que es la única verdadera. ¿Qué opinas tú de esto?
–Que está bien –respondió el santo–, con tal de que a nadie hagas daño con tus ideas.
¡Hasta mañana!...