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La República amorosa
“En fin, nuestro propósito no sólo es frenar la corrupción política y moral que nos está hundiendo como sociedad y como nación, sino también establecer las bases para una convivencia futura sustentada en el amor y en hacer el bien para alcanzar la verdadera felicidad” Andrés Manuel López Obrador, “2018: La Salida, Decadencia y Renacimiento de México”, pag. 270.
“En 2024 tendremos una sociedad mejor, no sólo por lo que vamos a construir entre todos y desde abajo en el plano de lo material, sino por haber creado una nueva corriente de pensamiento, por haber consumado una revolución de las conciencias que ayudará a impedir, en el futuro, el predominio del dinero, del engaño y de la corrupción, y la imposición del afán de lucro sobre la dignidad, la verdad, la moral y el amor al prójimo”, pag. 274.
“Ningún mexicano padecerá hambre y nadie vivirá en la pobreza extrema ni se quedará sin oportunidad de estudiar o sin asistencia médica y medicamentos… En 2024 la delincuencia organizada estará acotada y en retirada… Los índices delictivos serán 50 por ciento más bajos en comparación con el actual periodo de violencia”, pag. 273.
“En suma, estos fundamentos para una República amorosa deben convertirse en un código del bien”, pag. 269.
“En suma, la prosperidad del pueblo y el renacimiento de México se conseguirá, como decía el General Francisco J. Mújica: de la simple moralidad y de algunas pequeñas reformas”, pag. 10.
Nadie me lo cuenta, leí de principio a fin el último libro de Andrés Manuel López Obrador, “2018: La Salida”. Ni tan malo como dicen sus detractores ni tan bueno como pregonan sus aduladores. Considero que es una lectura obligada para quienes estamos interesados en el presente y el futuro de México.
Andrés Manuel ha sido un protagonista o antagonista fundamental de la política mexicana en los últimos años, es quien más posibilidades tiene de convertirse en Presidente de la República.
Se le han colgado todos los San Benitos imaginables y todos se han agotado, qué más podría decirse que no sepamos ya. Lo que realmente le complica la vida al régimen es que nada justifica la falta de resultados que ven y sienten más de la mitad de los mexicanos, en particular los más pobres y necesitados.
Apunto algo de lo bueno, lo malo y lo feo del libro de Andrés Manuel, y recomiendo su lectura para formarnos una opinión, de lo contrario seríamos presa fácil de un debate desinformado.
Lo bueno. El diagnóstico del México que sufre, del derroche gubernamental y de la corrupción imperante es, en general, acertado. Algunos errores e imprecisiones deben ser atribuidos a quienes pasan chismes a medias para congraciarse. Gratifica leer su promesa y compromiso de respetar a raja tabla la división de poderes y los niveles de gobierno. Aporta una serie de análisis de gasto gubernamental para reorientarlo y lograr ahorros significativos, coronados con la promesa de no endeudar al País. Hace propuestas muy concretas, buenas, algunas muy buenas y hasta sorprendentes, en relación con el campo, la migración, el medio ambiente y la innovación. Podrán creerle o no, podrán dudar, por lo pronto ahí están las promesas y la palabra dada.
Lo malo. El gran ausente en este libro son “los cómos”, cómo lograr las promesas y los objetivos trazados. No me asusta el mensaje amoroso y hasta espiritual. Creo que hasta ayuda a atemperar su fama de “peligro para México”. El fundador del PAN solía decir: “Que nunca falten los motivos espirituales en nuestra organización…”. Lo que sí preocupa es la abstracción de un discurso en un País al que urgen resultados, harto de promesas incumplidas. López Obrador tal vez no sea el peligro que dicen sus detractores, pero qué puede surgir de un pueblo con altísimas expectativas al que, quizá, ni el propio AMLO pueda controlar.
Lo feo. Seguridad y justicia son el flanco más pobre de su propuesta. La justicia brilla por su ausencia; y en seguridad no aporta nada nuevo. Esto es sumamente grave, especialmente porque el eje transversal de su propuesta es el combate a la corrupción, delito que debe combatirse con estrategias de seguridad y procesarse en sistemas de justicia penal eficaces y especialmente blindados contra ese delito.
@chuyramirezr