Si las matan

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Si las matan

La estigmatización de las víctimas y la idea de que la muerte de Mara Castilla es una consecuencia de sus actos hace que muchos se sientan seguros

Mara Castilla, estudiante de la carrera de Ciencias Políticas en Puebla, era una jovencita de apenas 19 años que había acudido con unos amigos a un bar. Se emborracharon, la fiesta se extendió, y ella optó por solicitar los servicios de Cabify, una compañía de taxi que funciona por medio de una aplicación móvil. Suponía (mal) que se trataba de un servicio seguro. Al subir, pidió al conductor que la llevara a su casa. En lugar de eso, el chofer decidió llevarla a un motel para violarla, matarla y luego tirar el cuerpo. Así de simple, así de sencillo, así de trágico y también así de normal y cotidiano.

Luego vino también lo de siempre: indignación y rabia, marchas de colectivos y asociaciones de protección a las mujeres exigiendo que cese la violencia, tuits y publicaciones en Facebook condenando el crimen y demandando “todo el peso de la ley” sobre el responsable. A eso súmele los cientos de artículos, editoriales y columnas como esta, mencionando que estamos ante una crisis por la violencia de género que debe de parar. Yo debo haber escrito una veintena de ellos.

Del otro lado también pasó lo de siempre. Cabify publicó en su cuenta de twitter un mensaje en donde lamentaba profundamente el “fallecimiento” de Mara Fernanda,  como si esta chica hubiera muerto en un accidente, y no asesinada por uno de sus socios conductores.

A esto siguieron las declaraciones estúpidas de siempre: La mujer tiene la culpa. César Romero Reyes, Rector de la Universidad Madero en Cholula, Puebla, dijo: “La desaparición de mujeres para mí se debe a la descomposición de la sociedad y libertades que las chicas tienen ahora. Cualquiera puede salir a altas horas de la noche; tienen libertad y autonomía para viajar en su carro. Y en esa libertad y descomposición de la sociedad se vuelven presas de gente que tiene la intención de lastimarlas”.

En la visión de algunos, “si las matan” es porque se han convertido en un blanco fácil. Estamos ansiosos de culpar a las víctimas porque la culpabilidad de las víctimas hace que muchos se sientan seguros. Sí, leyó usted bien. Para algunos, las víctimas amenazan su propia sensación de una sociedad segura y moral, donde las cosas buenas pasan a la gente buena y las cosas malas pasan a las personas malas. No les gusta la idea de que cosas malas le suceden a la “gente buena”, pues para ellos implica que nadie está a salvo, que no importa cuán buenos sean, también son vulnerables. Por eso mejor se dedican a culpar a las víctimas por su “comportamiento” irregular. Llegan hasta justificar los crímenes diciendo: “si las matan es porque andan ahí de noche, sin cuidarse, tomando y portándose mal”.

“Ellas se lo buscan” o “si no hubiera estado de fiesta esa noche, hoy seguiría viva” son la estigmatización de las víctimas y la afirmación de que la muerte de Mara Castilla y otras mujeres es sólo una consecuencia de sus actos.  

Creen que ellas deberían limitarse y actuar de acuerdo a sus retorcidos códigos de ética, que incluyen instrucciones para no ser violada o asesinada: nada de ropa ajustada. Cubrir bien sus senos, no escotes y blusas sin mangas. Están prohibidas las mini faldas y utilice sólo las que cubran sus rodillas. De leggins olvídese. Si se tatúa, bebe alcohol, fuma, usa drogas, sale de antro, tiene sexo y anda en la calle hasta el amanecer, está en serios problemas.

Sea recatada, casta, digna. Tome conciencia de su propia vulnerabilidad. Evítese problemas. Si desobedece este código, corre el riesgo de ser violada, violentada o hasta muerta y eso será sólo por su culpa, de nadie más. 

Recuerde que se le advirtió con oportunidad y como no hizo caso, usted no será víctima, sino culpable de sus propios actos, no de la violencia del hombre. 

La propia Mara Castillo, en ocasión de la muerte de la joven Lesvy Berlín, que extrañamente se suicidó colgándose del cable de un teléfono público en las instalaciones de la UNAM en mayo pasado, publicó hace unos meses en forma irónica en su cuenta de Twitter: “#SiMeMatan es porque me gustaba salir de noche y tomar mucha cerveza...”. Pero hoy el #SiMeMatan en redes sociales es más que una forma de protestar en contra de la violencia hacia las mujeres. Creo que se trata de llamado de auxilio. Están asustadas, rogando no ser las próximas. 

@marcosduranf