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Búsqueda infatigable para hallar personas con vida en edificio de Tlalpan
A varios kilómetros de la escuela Enrique Rébsamen no se oye el silencio del perímetro. Pero aquí, en el multifamiliar de Tlalpan, un complejo habitacional de cinco niveles donde una parte también se vino abajo, también hay silencio.
Puños arriba. La postal son topos, soldados y rescatistas martillando el edificio convertido en un nivel. La gente sabe que hay cuerpos, quizá sobrevivientes, hace cinco minutos rescataron a una señora.
“Seguimos”, dice alguien allá arriba y se enciende el motor de una grúa que va apolillando el escombro.
El edificio de cinco plantas parece una casa de cartón aplastada por un gigante. Frente a los trabajos, decenas de medios de todo el mundo esperan por la imagen… Atrás, decenas de voluntarios con comida y agua.
Silencio. Puños arriba.
No se escucha nada, de repente, el tronido en el cielo, un zumbido solitario. Empieza a llover. Silencio. Nada. Seguimos.
Llueve.
-Pasen impermeables para los Topos –pide una mujer. ¿Estás usando tu impermeable? –le pregunta a una chica que está parada... Otros reparten bolsas que usan para cubrirse. Todos miran arriba. Silbatos suenan.
-Coderas y rodilleras –pide alguien dentro del cerco. Hombres con cascos van y vienen. Un hombre sube a talar un árbol que estorba.
La grúa levanta un pedazo de losa. -¡Bájala, bájala! –le gritan los rescatistas arriba de los escombros. Llueve.
El caos revuelto en los escombros. -¡Escalera!- chiflidos por todos lados. ¡Lonches, aguas!, ofrece un chamaco de 12 años.
“Pasen la bolsa con tortas” y la pasan para que todos tomen una.
Otra voz: ¡Está buscando a los veterinarios porque le trae cosas!
Silencio. Puños arriba. Silencio.
-¡Con vida!- se oye desde arriba de los escombros y la gente aplaude, los rescatistas, los topos, los médicos, los militares, los voluntarios, los reporteros, la gente que pasaba. Todos aplauden.
Y los esfuerzos no cesan, porque en todas las estructuras colapsadas se sospecha que aún hay personas atrapadas; el multifamiliar Tlalpan, la fábrica de textiles de Chimalpopoca, el edificio Coquimbo y el de Álvaro Obregón 286, son algunos de las construcciones desplomadas, donde se concentran las tareas de salvamentopendientes a las instalaciones hidráulicas de las estancias.