Los jóvenes, motor de la reconstrucción en la CDMX

Usted está aquí

Los jóvenes, motor de la reconstrucción en la CDMX

Las brigadas de apoyo son grupos autorganizados y autónomos que desde el primer día del temblor recorren la ciudad descargando coches con víveres y medicinas, limpiando cascotes o poniéndose al servicio de los rescatistas profesionales. Fotos: AP/EFE
Detonan sismos en México masiva movilización por empatía ante al dolor; ‘Frida Sofía’ nunca existió

Diego Sáez nunca había tomado de las manos a una persona desencajada por el dolor, se había sentado junto a ella para ayudarle a sentir que la tierra ya no se movía, y sin soltar sus manos, nunca había guardado un silencio cálido y envolvente mientras esa otra persona aullaba de angustia y desesperación. Diego Sáez, 23 años, estudiante de diseño gráfico en una universidad privada y vecino de Polanco, una de zona acomodadas de la Ciudad de México, lleva desde este martes volcado en ayudar a los demás.

Como él, decenas de miles de jóvenes están protagonizando una formidable y masiva demostración de solidaridad que ha llegado a desbordar las necesidades de ayuda ciudadana después del terremoto. Muchos de estos jóvenes, esa generación sobre la que planea la sombra sociológica de la apatía y ensimismamiento digital, están viviendo además su primera experiencia de acción colectiva, de trabajo para y con el otro.

“Lo siento como un deber”, dice Sáez tres días después del sismo de 7.1 que a su paso por la capital ha dejado casi tres centenares de muertos, decenas de edificios derruidos y una punzante sensación de vulnerabilidad.

El 20 de septiembre la historia de una niña con vida que llevaba horas atrapada en los escombros del Colegio Rébsamen se hizo viral, en diversos medios se decía que el nombre de la pequeña era Frida Sofía.

“No es por algo patriótico, no hago esto por un sentimiento mexicano. Lo que me mueve es ver a la gente sufriendo, han perdido su casa, tienen familiares muertos y siento que si no colaboro esto solo puede ir a peor”, dice apurando el paso por la Condesa, un barrio muy afectado.

Le acompaña otro puñado de jóvenes –todos veinteañeros–, armados con chalecos naranja reflectante, cascos y su nombre, su número de teléfono y su grupo sanguíneo escrito en el brazo. Son las brigadas de apoyo, grupos autorganizados y autónomos que desde el primer día del temblor recorren la ciudad descargando coches con víveres y medicinas, limpiando cascotes o poniéndose al servicio de los grupos de rescate profesionales en las zonas más golpeadas.
 
NO EXISTE ‘FRIDA SOFÍA’

El 20 de septiembre la historia de una niña con vida que llevaba horas atrapada en los escombros del Colegio Rébsamen se hizo viral, en diversos medios se decía que el nombre de la pequeña era Frida Sofía y tenía 12 o 13 años de edad, incluso se aseguraba que rescatistas le habían pasado agua a través de una manguera.

Todo el día miles de personas y medios de comunicación estuvieron pendientes de las labores en el lugar con la esperanza de que la niña, quien aparentemente había informado que con ella estaban tres niños más y una maestra, saliera con vida. Las horas transcurrieron ante la espera y llegó la noche, en diversos noticieros de Televisa se informaba que parecía que pronto sería rescatada, pero nada pasaba.

Finalmente, el jueves cuando el Coordinador Nacional de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación, Luis Felipe Puente, aseguró que dentro del colegio colapsado no había ningún niño o niña, que la única persona que aún podría encontrarse ahí es una mujer presuntamente del departamento de intendencia del colegio.

Aseguró que la historia de “Frida Sofía” era el “tema de la maldad”, pues generó una falsa expectativa provocada por diversos medios que informaron que los rescatistas la estaban buscando y tenían contacto con ella, cuando nunca fue así.

Más de 72 horas después del sismo que derrumbó un edificio del Colegio Enrique Rébsamen, los familiares de Reyna Dávila, empleada de la escuela, sostienen la fe en que sea rescatada con vida.

Reyna Dávila podría ser la mujer que, según reportó ayer la Secretaría de Marina, aún se encuentra bajo los escombros.
Hoy, sus familiares se mantienen frente al colegio, esperando su rescate.