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¿Cuéntame cómo pasó?
Hace unos días veía junto a Rodrigo, mi hijo, en el canal ibérico TVE, el programa de la televisión española “¿Cuéntame Cómo Pasó?” Se trata de una serie en su temporada 20 y que narra la historia de un adolescente durante la década de los 80. Al terminar de verla, mi hijo me preguntó: “papá, cuéntame cómo pasó, ¿cómo era todo cuando tenías mi edad?”.
De pronto y quebrantando la teoría de la “Conjetura de Protección de la Cronología” de Stephen Hawking que sostiene que los viajes en el tiempo son imposibles, regresé 30 años hasta los inicios de mi adolescencia. Un viaje al Saltillo sin celulares, al de televisión de sólo dos canales, donde no había comida light y tomábamos agua de la llave; una ciudad donde existía un solo OXXO, el de Avenida Universidad.
Todo inició al despertarme en el cuarto de mi casa, y al hacerlo me di cuenta que era martes por un periódico VANGUARDIA de esa fecha que en su portada anunciaba: “Lunes Negro, caen las bolsas de valores del mundo”. Esa tarde fui al cine Studio 42 a ver “Pelotón”, una desgarradora historia de la realidad de la guerra de Vietnam, herida que sigue sin curar en la sociedad estadounidense. La cinta ganó ese año el Oscar a la Mejor Película. Al salir cenamos en el único “antro” de aquellos tiempos: La Vaca Pinta, nuestro St. Elmo’s Fire.
De regreso en mi casa, encontré dos artefactos de la prehistoria electrónica: una grabadora y cuatro casetes; extraños. El primero de ellos contenía rock en inglés de grupos como Judas Priest, Iron Maiden, Def Leppard, U2, Pink Floyd, Queen, Motorhead, Black Sabbath, Ozzy Osbourne, Scorpions, Mötley Crue, Van Halen, Metallica, Journey, Bon Jovi, AC/DC , Gun´s N’Roses y Quiet Riot.
El segundo recopilaba música pop de los tiempos en que los hombres no odiaban bailar en las fiestas y lo hacían al ritmo de Rick Ashley, Eric Clapton, Rod Stewart, David Bowie, Billy Ocean, The Outfield, Cindy Lauper, Huey Lewis, INXS, Men At Work, Survivor, A-HA, Stevie Wonder, Lionel Richie, Starship, Duran-Duran, el jefe Bruce Springsteen, Billy Joel, Boy George, Madonna, quien algún vez fue inocente cantando “Borderline”, y Michael Jackson con “Thriller”.
El tercero tenía éxitos de Elton John, Richard Marx, Bryan Adams, Christopher Cross, Paul Young, John Waite, Phil Collins, The Police, Chicago, Air Supply, Kool & The Gang, Bonnie Tyler y Reo Speedwagon. Me convencí de que muchas de las canciones de estos grupos y solistas hicieron más daño a nuestros corazones que lo que hoy día hace el colesterol y los ataques cardiacos.
El cuarto casete decía “Rock en tu Idioma”. Al tocarlo tenia a genios de la música como Hombres G, Ángeles del Infierno, La Unión, Jarabe de Palo, Toreros Muertos, Nacha Pop, Radio Futura, Héroes del Silencio, Veni Vidi Vici, Duncan Dhu, Prisioneros, Enanitos Verdes, Miguel Mateos, Zas y, por supuesto, la grandeza de Soda Stereo y el músico de otro planeta que fue el gran Gustavo Cerati.
Antes de dormir, vi MTV sólo para recordar que alguna vez transmitió videos musicales y que el primero de ellos fue “Video Killed the Radio Star”. Finalmente me quedé dormido.
Regresé de este salto al continuum del espacio-tiempo al escuchar de nuevo la voz de mi hijo Rodrigo decir: “papá, ¿cuéntame cómo pasó?”. Al regresar del viaje, le conté que para muchos de nosotros los cuarentones, la década de los 80 fue un tiempo prodigioso de diversión y libertad sin apenas preocupaciones, días en que vivimos la vida con arrojo. Y aunque tres décadas después no somos los mismos, pues tenemos muchos kilos de más y mucho cabello de menos, esos fueron los años en que conocimos a la mayor parte de los amigos que hoy nos acompañan en la aventura de la vida. Le conté que la nostalgia del pasado nos atrapa en recuerdos que creemos mejores, y que a veces lo hacemos como un mecanismo de negación de un presente doloroso.
Los expertos lo llaman el “Síndrome de la Edad de Oro”, la errónea idea de que otra época es mejor que la que ahora vivimos. Creo que tienen razón, pero en mi caso jamás volví a tener amigos, experiencias o disfruté tanto de la música como en los años 80.
Termino este artículo como el final de la película ochentera “Cuenta Conmigo”: ¿Pero acaso alguien los volvió a tener?
@marcosduranf