Usted está aquí

Ya es tiempo

Velocidad, imprudencia, descuido, falta de mantenimiento de los vehículos, todo ello en un trágico, un horrible coctel.

Los días pasados tuvieron lugar hechos en que los elementos que integran este coctel de nueva cuenta cobraron vidas humanas en nuestra ciudad y en las carreteras que la conectan. Una joven, en el centro de la ciudad, en Narciso Mendoza y Acuña; y los miembros de una familia, dejando en el desamparo y la invalidez a un par de hermanitos, en el tramo de Los Chorros, en la carretera 57.

Cada vez que escuchamos informaciones de esta naturaleza se abre de nueva cuenta la desesperanza. La falta de certeza de que podamos vivir en una sociedad en la que primen los valores del respeto, la precaución, el cuidado, la solidaridad. Crisis o emergencias como la del sismo en México y otros estados abrieron la puerta a estos sentimientos. Pero se estrella de nuevo la realidad cuando observamos en el día a día la falta de valores cívicos que deben sostenernos.

¿Qué tipo de capacitación reciben los choferes del transporte urbano? ¿Qué cuidado hay en las carreteras? ¿Cuáles son las condiciones en que manejan los choferes de los camiones que circulan por ellas? En países como Estados Unidos existe una normatividad para este tipo de camiones, y según algunos testigos, muchos de los que violan los reglamentos son desgraciadamente mexicanos.

También desgraciadamente esto es fácilmente comprobable con los continuos accidentes ocurridos en las carreteras y en nuestra región, precisamente en ese tramo de la carretera Saltillo-México.

De los dos trágicos accidentes, de nuevo, hay que sacar lecciones. Hay que tomar medidas. Hay que definir estrategias para evitar en lo posible este tipo de percances.

¿Entregar reglamentos de tránsito en la ciudad será la única solución al problema? ¿Cómo se hará posible formar una verdadera conciencia vial entre los conductores? Quizá, y esta es una de las propuestas que pudieran servir, es arrancar una fuerte y permanente campaña de conciencia vial en las escuelas, con los niños de primaria, los adolescentes de la secundaria, los jóvenes de la preparatoria y los universitarios. El Ayuntamiento, el Gobierno del Estado, podrían implementar en la entidad pláticas y talleres que involucren, de acuerdo a la edad, a todos los estudiantes, cuyo objetivo final sean los padres de familia. Muchos de ellos, en Saltillo, siguen en la inconsciencia de conducir, por ejemplo, con niños a bordo sin respetar las reglas de seguridad y atendiendo teléfono celular.

Si ya se han visto los escasos resultados de las agresivas campañas en las que se muestran personas muertas dentro de su automóvil a causa de un accidente donde se ha involucrado el descuido, el alcohol o el exceso de velocidad, entonces hay que empezar a probar otras estrategias enfocadas a niños, adolescentes y jóvenes; puede ser un buen comienzo. 

Quizá el definitivo para lograr hacer conciencia de esta interminable cadena de muerte, una carrera de horror.

Resulta necesaria una más rigurosa vigilancia y supervisión de conductores y unidades que circulan por las carreteras. En el tramo de Los Chorros se hicieron modificaciones por lo peligroso de la zona, pero incluso así siguen ocurriendo accidentes con saldo mortal.

El gobernador Rubén Moreira Valdez instó a las autoridades correspondientes a tomar cartas sobre el asunto. Indispensable, pues de no ser así seguiremos recibiendo las muy dolorosas informaciones de esta naturaleza.

Minutos antes de comenzar a escribir esta colaboración, cuatro unidades del transporte público y de personal, en diferentes puntos de Saltillo, intentaron ganar el paso estando en rojo el semáforo. En dos casos, sendas filas de automóviles los detuvieron, aunque ellos siguieron ejerciendo fuerte presión a los conductores que circulaban respetando los lineamientos de velocidad marcados en esos tramos. Y en los otros dos, los choferes hubieron de detenerse en el siguiente semáforo.

No parece que ninguno de estos conductores se vea afectado por los hechos en que murió la jovencita en el centro de Saltillo en días pasados, y por quien todos en la ciudad debemos estar de luto.

La alta velocidad en la que circulan no se verá afectada ni este ni ningún otro día hasta el momento, quizás, en que sean ellos los protagonistas de un accidente que parecen deseosos de provocar.

¿Hasta cuándo?