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Mirador 25/11/17
Me habría gustado conocer a don Francisco de Meneses, portugués.
Cortejaba con empeño a una dama española. Un día, de los más fríos del invierno, el carruaje en que iban sufrió la rotura de una rueda. La finca rural a la que se dirigían estaba ya muy cerca, de modo que decidieron ir caminando hacia ella.
Don Francisco aprovechó la feliz circunstancia para manifestarle con vivas palabras a la dama su querer. Le dijo que la amaba con todo el fuego de su corazón.
En ese momento iban pasando a la vera de un estanque de aguas tan frías que su superficie se había congelado.
–Si tanto me amáis –le dijo la mujer con burla desafiante– arrojaos al agua de ese estanque. Así sabré si vuestro fuego se apaga.
Respondió al punto don Francisco, desdeñoso:
–Uh, no. Es muy poca agua para tanto fuego.
Me habría gustado conocer a don Francisco de Meneses. Sabía que en cosas del amor hay que exagerar, pero no tanto.
¡Hasta mañana!...