Que las mentiras parezcan mentiras

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Que las mentiras parezcan mentiras

Mientras esto escribo queda formalmente inaugurado el maratón “Guadalupe –Reyes” y sus irremediables consecuencias que se calculan por calorías y kilogramos. Con la correspondiente resaca y el arrepentimiento, vendrán la cuesta de enero y los propósitos reciclados de años anteriores, mismos que también quedarán postergados para mejor ocasión. Como estará la perra de brava (dijera Don Héctor), que ni el inicio de las decembrinas festividades le ha hecho sombra a la efervescencia política comarcana y a sus inquietos personajes. 

En la capital mundial del sarape, el pan de pulque y el ate de membrillo, todavía no rinde protesta el alcalde por un año, cuando ya se escuchan los sombrerazos de quienes pelean por la administración de tres.  Aunque se antoje anticipado, de acuerdo a las disposiciones electorales, los que pretendan contender en la elección del 2018 tienen que ir preparando las maletas para separarse de sus respectivos cargos públicos. Tal parece que el reporte del clima para los próximos días pronosticará una lluvia de solicitudes de licencias (saca el paraguas mamá). 

El que ya hizo lo propio es el todavía presidente municipal de Saltillo, Isidro López Villarreal, quien en la pasada sesión de cabildo pidió que le tocaran “las golondrinas”, para no volver (al menos, no para concluir la encomienda que le confirieron los saltillenses en el 2013). Recordemos que ésta es la tercera ocasión en la que el edil sarapero solicita licencia para ausentarse del encargo. La primera de ellas lo hizo con la finalidad de cumplir un compromiso familiar (o eso dijo) nada más y nada menos que en las lejanas tierras escocesas; más tarde se supo que aprovechó la escapada para participar en un torneo de golf en aquellos lares. Después dejaría sus funciones persiguiendo el chabacano sueño de ocupar la principal silla del Palacio Rosa y, esta vez, se tardó cinco meses en regresar a sus labores. Ahora la salida anticipada obedece a su intención de competir nuevamente por la alcaldía de la capital coahuilense. Hay quienes afirman que con esta acción, Isidro le juega las vencidas a su esposa, quien desde las oficinas del DIF municipal impulsa la candidatura de su incondicional Iván Guerra Lara.

Las recurrentes ausencias del jefe de la comuna saltillense no tendrían mayor relevancia de no ser porque el mismísimo Isidro se comprometió a no abandonar las funciones como alcalde, en la búsqueda de otro cargo de elección popular. De hecho, durante la campaña, el entonces candidato arremetió contra su contendiente, Fernando de las Fuentes Hernández, criticándole que no acostumbraba terminar sus encargos, incluso lo llamó en forma reiterada “chapulín político” (ahí timbran, mi buen “Chilo”).

Inminentemente, el próximo 19 de diciembre el munícipe abandonará el edificio del bulevar Coss para dedicarse a hacer talacha partidista rumbo a la contienda electoral. Ante estos acontecimientos, y sin el afán de hacer un balance general o calificar la administración municipal que pronto concluirá, se torna necesario hacer una serie de precisiones. De acuerdo a los últimos reportes de la Auditoria Superior del Estado, el señor López se despide de la presidencia municipal dejando a su paso una deuda superior a los 251 millones de pesos; la más grande en la historia de Saltillo (casi 300% más de lo adeudado en suma por las últimas siete administraciones locales). Por otro lado, también se detectó un importante incremento en el gasto corriente, además de erogaciones por el orden de los 175 millones de pesos en conceptos como asesoría, publicidad e imagen y manejo de redes sociales. Lo anterior, sin contar con una notable disminución en la obra pública y una deficiente prestación de los servicios primarios. Gracias a estos contundentes datos, ahora podemos explicarnos la verdadera razón por la que, en la reciente nevada, no hubo “ni sal pa’ los puentes”. 

Ante las decepciones políticas que provocan las promesas incumplidas, las realidades que se ocultan, las verdades a medias y las mentiras completas, de una vez aquí les dejo mi más profundo deseo navideño, en las palabras del mayor hincha del Atlético de Madrid; el poeta, cantautor y pintor nacido en Úbeda, Joaquín Sabina: “Que las verdades no tengan complejos, que las mentiras parezcan mentiras; que no te den la razón los espejos, que te aproveche mirar lo que miras”. 

@Ivo_Garza