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De un infierno a otro
Estamos viviendo tiempos de un pánico ignorante. Días en que los medios y la sociedad han dibujado a la migración como un mal social: un divisor de familias y comunidades, un campo de desove para el fanatismo. Por primera vez en mucho tiempo de observar y escribir sobre migración, comencé a preocuparme. Lo hago porque veo las actitudes de hombres poderosos como Trump para quién la migración, es causa y efecto de los problemas económicos y de seguridad de su país y no al contrario, como sucede en la realidad. Porque hemos inventado líneas fronterizas para discriminar o como escudos absurdos olvidando que el mundo entero, debería ser el hogar para vivir fraternalmente. Pero él insiste en construir su muro.
Porque el sentimiento antiinmigrante, comienza a bullir en nuestras comunidades y sufrimos de escasez de sensibilidad moral y falta de coraje para defenderlos. Porque el debate sobre los migrantes se ha vuelto unilateral, racista, y centrado en el miedo y la seguridad lo que ha provocado un ambiente de hostil hacia ellos. Yo he visto en las ciudades de Coahuila cientos de personas subiendo su vidrio o acelerando su auto para no tener que ver a los ojos a los migrantes que pasan por aquí y que piden solo un poco de ayuda para poder continuar su marcha.
En el olvido quedó la tradición solidaria de México para recibir a solicitantes de asilo y refugiados. Los asilados españoles, los refugiados chilenos que huyeron después del golpe de Estado de Pinochet y la llegada refugiados de Guatemala que huían de la guerra civil. Hoy nuestros corazones están cerrados y no estamos dispuestos a abrazar a los cansados y oprimidos. Cerramos los ojos y navegamos en los mares de la complacencia, mientras miles de mexicanos y centroamericanos dejan su patria en un éxodo como el que sufrió el pueblo de Dios en busca de la tierra prometida.
Ellos son las víctimas de la inseguridad y de los fracasos de los sistema económicos, que insaciables, demanda mano de obra y productos baratos y pues para eso están los migrantes, para subsidiar con sus bajos sueldos los privilegios de los ricos que luego los satanizan y persiguen. Migrantes que buscan mejorar su calidad de vida y que usan a México como el nuevo mar Rojo que habría cruzado Moisés junto a los judíos en el éxodo de Egipto, que buscan en los Estados Unidos una oportunidad que no encuentran en su país.
A su paso, sufren vejaciones que convierte su odisea en un infierno. Todo esto lo documenta en una narración brutal la reportera Karla Tinoco de VANGUARDIA en el trabajo periodístico “De un Infierno a Otro” en donde nos revela una realidad aterradora: Siete de cada diez mujeres migrantes, son violadas a su paso por México. Coacción, entrega a bandas delincuenciales que cobran rescate por la libertad de las víctimas, control del crimen organizado que son los nuevos polleros, o plano, la integración por la fuerza a sus actividades criminales.
Así es como ayer, el calendario de la ONU marco como Día Mundial del Migrante. Los desplazados, las víctimas de sucesos que escapan a su control como falta de oportunidades económicas, persecución por motivos étnicos y religiosos, y los conflictos armados. Los migrantes han existido desde siempre. Así llegaron nuestros antepasados a este continente migrando desde África. La historia documenta textos de hace 3 mil 500 años, cuando durante los grandes imperios del Oriente Medio, se habla de la migración de los pueblos hititas, babilonios, asirios y egipcios. Miles de años después, millones de judíos huían de la carnicería de la Alemania nazi y en épocas recientes, más de un millón de personas huyeron de Kosovo, Timor Oriental y Chechenia. Pero el desplazamiento forzado sigue y ahí están los casos de sirios, centroamericanos y hasta mexicanos.
En este día, dirijamos nuestra mirada hacia ellos y celebremos su coraje y su fuerza. Recordemos que no abandona su tierra quien quiere, sino quien desesperadamente no tiene otra salida. Ahí esta para la historia la frase del escritor judío Michael Gold: “Estados Unidos es tan rico y gordo, porque se ha alimentado de la tragedia de millones de inmigrantes”. Lamentablemente la frase se está ampliando hacia otros países, nosotros incluidos.
@marcosduranf