Usted está aquí
‘El Rudo’ Vs. ‘El Científico’
El equipo del gobernador Miguel Ángel Riquelme no cuaja. Lo que dijo Franklin Delano Roosevelt, aquello de que los primeros cien días de gobierno son una “luna de miel” del gobernante con sus gobernados, en este caso, ha sido letra muerta. ¿Qué es el inicio de una nueva gestión gubernamental? Esperanza, anhelos, ganas y oportunidad de un cambio para todos, pero lo más importante: un cambio que busca y añora el pueblo, esa masa amorfa llamada pueblo. Al tardarse en nombrar a sus secretarios y subsecretarios, Riquelme perdió su bono de luna de miel. ¿Fue estrategia o simplemente se le fue el tiempo y la forma para consolidar a su equipo?
Sólo él tiene la respuesta. Siento que hace falta una especie de Coordinador General del Gabinete. Alguien que sea un ejecutivo y que ejecute, que ponga en práctica o que convierta en obras, las políticas que se planea arrastrando lápiz en los escritorios de la burocracia. Siento que nada cuaja y el tiempo implacable, va pasando y pesando. Hay serios vacíos de poder en varias áreas estratégicas a saber: Turismo (Javier Guerra), Salud (Roberto Bernal), Egresos (un cuestionado Xavier Herrera), Propaganda (Fernando Simón Gutiérrez, un expanista que vendió los secretos de su ex patrón, Guillermo Anaya, ¿así va a vender los de Riquelme en su momento?), Desarrollo Rural (José Luis Flores Méndez, exlíder del PRI estatal quien no ha renunciado a su puesto, no obstante que aparece ya en las indagatorias judiciales en Chihuahua, donde sigue preso Alejandro Gutiérrez)… en fin. Vacío de poder y nula efectividad de los funcionarios.
Urge entonces una especie de Coordinador que ponga a ejecutar a los responsables de cada área. Y siento que un perfil ideal para este puesto sería el abogado Jorge Luis Morán, quien salió muy bien calificado y posicionado de la Alcaldía de Torreón en su interinato. Pero, mientras esto ocurre, Riquelme no puede apoyarse todo el tiempo en otras figuras que han dado resultados inmediatos: “Súper Chemota” José María Frautro Siller, quien como Secretario de Gobierno ha venido destrabando nudos que se arrastraban de la administración anterior, y “Big Blas”, Blas José Flores, quien de inmediato se sentó a negociar y apagó el fuego de algunos alcaldes del Estado, el año pasado, quienes se quejaban de partidas presupuestarias no depositadas en sus cuentas. En este amasijo de nudos, aflora uno más: la renovación de la rectoría de mi Universidad Autónoma de Coahuila. Cosa no menor cuando al parecer, no habrá un candidato de unidad para el puesto. Al menos no al momento de redactar estas notas.
Esquina-bajan
De ir a la urna universitaria, hay dos candidatos: un rudo (Salvador Hernández Vélez, como diputado local, avaló la deuda millonaria de Humberto Moreira) contra un científico (el doctor Francisco Osorio). El primero actualmente es Rector interino, el segundo es su Tesorero. Dos visiones totalmente diferentes de ver a la Universidad, dos maneras muy diferentes de administrar y dos perfiles de polo a polo en materia laboral y académica. Resulta curioso, por decir lo menos, que Miguel Ángel Riquelme rescate, tienda a rescatar del ostracismo a los exlíderes de su partido, el PRI (El Partido de los Vividores, pues), los cuales no le han dado en su momento, resultados.
Es el caso arriba nombrado de José Luis Flores Méndez (conocido como “El Chapo”) y el de Salvador Hernández, quien fue corrido vergonzosamente de la dirigencia del PRI en 2012, luego de las elecciones federales y su pésimo resultado (el último encargo lo dejó en el suelo: Hernández Vélez no pudo sacar adelante el proyecto de Riquelme, agenciarle votos, ni en su tierra lagunera. Lo perdieron todo). ¿Los jóvenes van a votar por un exlíder priista de hueso colorado y harto cuestionado por su desempeño a lo largo de su vida política, que no académica, porque jamás se dedicó a ella? Por el otro lado, “El Científico” Francisco Osorio ha estado al mando de la Coordinación de Asuntos Académicos y de la Coordinación General de Estudios de Posgrado e Investigación de la UAdeC.
Entre sus principales preocupaciones se encuentra la de la transformación de la UAdeC mediante una modernización institucional haciendo eco de lo que hoy está en todos lados: planes educativos flexibles con programas actualizados que respondan a los nuevos requerimientos que los jóvenes necesitan y piden en sus áreas de influencia. Amén claro, me comenta el doctor Osorio por teléfono, de continuar dotando a la Universidad con equipo e instalaciones de punta. Si no hay candidato de unidad, puede sembrarse una semilla de inquietud ahora sí, revolucionaria que puede encender focos rojos en el Estado. Con vacíos de poder como someramente lo exploramos aquí, el pastizal seco es materia inflamable, ojo.
Letras minúsculas
Regresaré al tema recargado. Mi UAdeC merece un buen líder y que su destino sea la excelencia y superación siempre hacia adelante, no el regreso del “porrismo” e injerencia priista.