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Masacres, caravanas, ungidos…
El viernes 26, sábado 27 y domingo 28 de enero, es decir, el fin de semana pasado, fue uno de los más extraños, violentos e infaustos en Coahuila y en México todo. Nos hemos acostumbrado a la barbarie, a la sevicia y a la maldad en todas sus manifestaciones. Dormimos con la muerte, ya es literal. Pero también nos hemos instalado plácidamente en el “activismo de sofá”, del cual nos alertó el filósofo Zygmunt Bauman. El acierto o tacha en la toma de decisiones los hemos dejado en manos de políticos, sólo en sus manos. Hay razones para ello, uno y el más claro: el hartazgo de la ciudadanía cuando ve una y otra vez que no pasa nada y nada cambia.
El fin de semana pasado fue harto sintomático. El país se desmorona y al parecer a nadie importa. Es como aquella marioneta de madera, Pinocho, la cual y luego de sus correrías y travesuras regresa compungido a su casa (con Gepppetto), todo maltratado y mojado; al tener frío hunde sus pies en una olla con brasas vivías, lo cual termina por quemarle los pies de madera. Pero, mientras éstos arden, Pinocho no acusa recibo ni en sus manos, brazos, tronco o cabeza. Esta poderosa metáfora la utilizó una vez, en sus libros sobre el poder, el maestro Federico Cambpell y la aplicó a México como país.
Mientras en Chihuahua su gobernador panista, Javier Corral, gira órdenes de aprensión por un desvío millonario del erario en tiempos de César Duarte (en la trama del dinero desviado hay un detenido coahuilense: Alejandro Gutiérrez Gutiérrez, lo cual ha hecho amplio ruido en la entidad por pertenecer éste a la plutocracia local. Los abogados de Gutiérrez Gutiérrez, al alegar que éste recibe tortura y malos tratos en el penal estatal de Chihuahua, buscan reubicarlo en un penal federal, el de Ciudad Juárez, pero éste, según un estudio de la CNDH, es uno de los peores evaluados de los 19 que fueron diagnosticados en 2016. Puf), aquí en Coahuila se realizó el ungimiento de los candidatos a senadores y diputados federales. En Chihuahua arde la política, aquí ni por enterados, ni aludidos se dan.
Vino Javier Corral a pasear. Él inició lo que en su momento y hace algunos años también hizo el escritor Javier Sicilia desde Cuernavaca, Morelos: una “marcha por la dignidad” o “caravana por la dignidad”, es lo mismo. Ambos, Sicilia y Corral, incluyeron al monje mediático Raúl Vera, quien no puede salvar ni un alma torturada de los jóvenes suicidas de Saltillo, pero sí se toma selfies por montones. Y sólo para recordar, ¿sabe usted quién ganó las elecciones en Cuernavaca luego de esa marcha o caravana de “concientización”, de dignidad y de gritar aquel eslogan de “estamos hasta la madre”? El deslenguado exfutbolista Cuauhtémoc Blanco los vapuleó en las urnas. Fin de esta triste charada. ¿Y la influencia de este tipo de cacerolazos? Ninguna. Le pegan a la mamada.
ESQUINA-BAJAN
Somos un cuerpo de madera podrida, como lo fue la marioneta de Pinocho. No acusamos recibo ni nos preocupamos de lo que pasa en Cancún (sujetos armados atacaron un bar llamado “Oasis” en el paradisiaco puerto para turistas extranjeros. Hubo dos muertos y cinco heridos. Caos y miedo total. Aquí gobierna un panista, Carlos Joaquín. Los homicidios se dispararon un 117 por ciento en Cancún de 2016 a 2017. De 165 asesinados, se pasó a 359 casos. La joya de la corona del turismo está a punto de arder) y menos de lo que pasa aquí a un lado, con nuestros vecinos con quienes interactuamos casi diario: Nuevo León y Tamaulipas. En Tamaulipas no hay gobierno.
El sábado y mientras veían por televisión un encuentro de soccer (en Monterrey el soccer es religión), un comando armado mató a nueve personas. En San Nicolás no hay gobierno. El que era gobernador, el “independiente” (lo que eso signifique) Jaime Rodríguez largó bártulos de trabajo y anda consiguiendo votos, no para ganar sino para restarlos a la cuenta del crucificado de Tabasco, Andrés Manuel López Obrador, y no dejarlo llegar a la Presidencia. El apodado “Bronco” nunca gobernó NL. Los estragos de su apatía, indolencia y futilidad ahora afloran. Por cierto, en su reciente visita a Saltillo el tipo insultó a un compañero reportero de esta casa editora. En un video que circula en redes sociales le dice a mi compañero: “malandro”. El “Bronco” es un distractor, nadie lo duda.
En Cancún los homicidios y ajustes de cuentas se han multiplicado desde hace dos años a la fecha. La plaza es disputada por seis grupos de delincuentes. Hay desmembrados, ajusticiados, ataques a la policía y a sus instalaciones y –lo peor– balazos directos a turistas (discoteca Blue Parrot en 2017 y el pasado fin de semana al bar “Oasis”). En este ambiente de masacres y ajusticiamientos, el deslenguado secretario de Turismo, Enrique de la Madrid, propuso “legalizar la marihuana para uso recreativo” en Cancún y Los Cabos. Los nuevos asesinatos rápido lo pusieron en su sitio, con esto no se juega.
LETRAS MINÚSCULAS
Ya no tengo espacio, dejo para la próxima colaboración las unciones en Coahuila: Verónica Martínez (va a perder), Jericó Abramo Masso (va a ganar), Ricardo Aguirre (gana)…