La Casa Blanca defendió este viernes la desclasificación y difusión pública de un controversial memorando que cuestionó la legalidad de la investigación de la FBI sobre la posible colusión entre la campaña de presidencial de Donald Trump y funcionarios de Rusia.

La vocera, Sarah Huckabee Sanders, señaló que el documento elaborado por la oficina del presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, el republicano David Nunes, evidenció los abusos a los que quedan expuestos los ciudadanos frente al accionar de las agencias de inteligencia.

"El memorando genera serias preocupaciones sobre la integridad de las decisiones hechas al más alto nivel del Departamento de Justicia y la FBI para utilizar las más intrusivas herramientas de espionaje contra ciudadanos estadunidenses”, comentó Sanders, en alusión a Carter Page.

Page, quien fuera asesor de política exterior de la campaña presidencial, se convirtió en blanco de una investigación por parte de la Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en ingles), al amparo de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Foránea (FISA), debido a sus contactos con Rusia durante un viaje en 2016.

Trump autorizó la desclasificación y difusión pública del memorando, y consideró una desgracia lo que está pasando en el país.

Los demócratas denunciaron el memorando como un documento político y sesgado que busca favorecer y reivindicar al mandatario, sugiriendo que el objetivo de fondo es desestimar la investigación de Robert Mueller como fiscal independiente del caso sobre Rusia.

De acuerdo con reportes de prensa, a la difusión del texto se opuso el director de la FBI, Christopher Wray, quien fue seleccionado por el magnate para dirigir a la agencia después que el año pasado despidió a James Comey, pero sus pedidos fueron desestimados.

PERO, ¿CUÁL ES EL CONTENIDO DEL MEMORÁNDUM?
La nota confidencial afirma destacar temores sobre la legitimidad y la legalidad de ciertas acciones emprendidas por el FBI y el departamento de Justicia (DOJ) estadunidense.

Reprocha a ambas instituciones haber cometido abusos a fin de obtener el mandato de un juez para espiar las conversaciones del exconsejero diplomático del equipo de campaña de Trump, Carter Page.

"Para obtener el preciado mandato judicial, el DOJ y el FBI se apoyaron en informaciones obtenidas por Christopher Steele, un espía británico. Este operaba en el marco de una misión, financiada por el Partido Demócrata y el equipo de campaña de Hillary Clinton, lo que delata claramente una inclinación anti-Trump”, se puede leer en el texto.

La solicitud de un mandato de escuchas presentada al juez fue firmada por cuatro altos funcionarios que voluntariamente omitieron precisar las motivaciones políticas de Christopher Steele.

Añade que dichos funcionarios son el entonces director del FBI, James Comey, su exadjunto Andrew McCabe, la exfiscal general adjunta Sally Yates y el actual número dos del DoJ Rod Rosenstein.

Asimismo, el dossier compilado por Steele representaba una "parte esencial" de la demanda de mandato de escucha presentada al magistrado federal.

Y agrega que Steele era también una fuente del FBI, aunque su credibilidad era más que dudosa.

"Mintió a la policía federal sobre sus contactos y dio información reservada a los medios en violación de las normas de confidencialidad en los servicios de inteligencia”.

El FBI acabó rompiendo su relación con Steele por haber revelado que ejercía como fuente de esa agencia en una entrevista en octubre de 2016.