El vuelo se retrasó, el taxi cobra carísimo, el hotel canceló la reservación y es el día del juego. Alrededor de 20 mil mexicanos son los que han llegado a Rostov, que hace frontera con Ucrania.

Y la mayoría de ellos no tiene dónde quedarse, no tiene habitación, así que el hostal es su única opción.

Pero al verlos hay que pensarlo dos veces. Un cuarto pequeño con 10 camas, eso es lo que ofrecen los hostales, y a un precio demasiado caro.

Cada cama tiene un valor de 9 mil rublos la noche, casi tres mil pesos mexicanos.

Unos lo piensan mucho, otros lo piensan mejor, hay opciones y la más recomendable es quedarse despierto toda la noche, caminando por las calles de Rostov del Don.

Total, cuántas veces se tiene la oportunidad de ir a Rusia, y no dormir.

Además, amanece a las 3 de la mañana.