Autoridades, verdugos de migrantes en México

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Autoridades, verdugos de migrantes en México

Zonas peligrosas. Chiapas y Veracruz son los estados donde más se cometen abusos a migrantes durante su tránsito por México. / EFE
El delito más habitual es el robo (76 por ciento), seguido por las lesiones, la extorsión y el secuestro

CDMX.- Las autoridades mexicanas están detrás del 25 por ciento de los crímenes que se cometen contra los migrantes que atraviesan el País, quienes además enfrentan dificultades en el acceso a la justicia y la integración en sus lugares de destino.

En el reporte “El Estado indolente”, presentado por la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes (REDODEM), se afirmó que esta cifra, correspondiente a 2017, aumentó respecto al 2016, cuando quedó constancia de que las autoridades eran responsables de 17,39 por ciento de los crímenes.

Esta categoría incluye personas encargadas de la seguridad privada del tren conocido como “La Bestia” (23.33 por ciento de los crímenes cometidos por autoridades), policías municipales (17.18 por ciento), agentes migratorios (15.13 por ciento) y federales (13.46 por ciento).

En total, 9.62 por ciento de los migrantes entrevistados por esta red de 23 albergues que operan a lo largo del País reportaron haber sido víctimas de algún delito en México.

El delito más habitual es el robo (76 por ciento), seguido por las lesiones (5.14 por ciento), la extorsión (4.04 por ciento) y el secuestro (3.82 por ciento).

De acuerdo con REDODEM, el sur y sureste del país conforman la región más peligrosa para los migrantes ya que, por ejemplo, 29.18 por ciento de delitos se cometieron en Chiapas y 16.78 por ciento en Veracruz.

México se ha convertido en un lugar de destino, además de país de paso. En 2017, según un informe de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), hubo 14 mil 596 solicitantes de asilo, 13 mil 300 más que las que hubo hace cinco años. 

Arturo González, director de la Red Servicio Jesuita a Migrantes, consideró que el Estado emplea “la violencia y el miedo como mecanismos disuasorios”.

Algunos de los delitos están conectados, como las extorsiones y las detenciones, con lo que los migrantes pueden ser intimidados para evitar ser deportados a sus países de origen, con los que “se inicia de nuevo el calvario migratorio”, concluyó González.