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Un mes sin saber si su hijo está en una fosa
GUADALAJARA, JAL.- La mamá de César (29) y Pablo (34) ha vivido un calvario para poder saber si uno de sus hijos desaparecidos se encuentra entre los cuerpos hallados en una fosa clandestina.
César desapareció el 9 de abril de este año, y Pablo fue asesinado tres meses después mientras buscaba a su hermano menor; el cuerpo de este último fue hallado en una fosa en Guadalajara en agosto pasado.
Desde el viernes, en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) trabajan a marchas forzadas para tratar de revertir el daño causado al hacerse pública la manera en que se trata a los cuerpos de personas no identificadas (depositados en cajas refrigeradas de tráiler por falta de espacio).
Un ejemplo: la madre de César y Pablo acudió al instituto el 5 de agosto pasado cuando amigos de sus hijos le notificaron el hallazgo de una fosa clandestina.
Identificó a Pablo por los tatuajes y reconoció un cuerpo con la ropa que traía César el día que desapareció.
La fiscalía emitió una orden para tomar muestras de ADN al cuerpo identificado con el número 256/2018, pero a un mes aún no hay resultados.
La mamá denunció que en el IJFC le dicen que los resultados los tiene la fiscalía, pero “en la fiscalía nos dicen que el resultado nos lo van a entregar aquí”.
También le informaron que el cuerpo clasificado con el número 256/2018 corresponde al de una mujer.
“Luego nos dieron otro número, nos dijeron que buscarían, que tal vez era el cuerpo 263/2018, pero nos dicen que ese cuerpo es de un hombre de la tercera edad”.