Arte del polvo al polvo: ‘Estén tus ojos abiertos’

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Arte del polvo al polvo: ‘Estén tus ojos abiertos’

En esta exposición la artista oaxaqueña Claudia López Terroso explora su relación con su madre fallecida, una curandera del Istmo, la ‘textura’ de las palabras y mutabilidad de las personas

Hace tres años la madre de Claudia López Terroso falleció. El proceso de duelo enfrentó a ella y a sus tres hermanas con los objetos personales de la difunta y entre el trabajo paulatino de sacar cada uno de estos afectos redescubrieron su relación y a la mujer que les dio la vida, quien además curó el cuerpo y el alma de cientos de personas.

Ser hija de una curandera colocó a esta artista en medio de un ambiente de pócimas, hechizos, conjuros y la naturaleza misma y entre los casos con que día a día los habitantes de Zanatepec en Oaxaca llegaban a su hogar en busca de ayuda y ahora, como parte de su práctica artística en una amalgama con su duelo presenta la exposición “Estén tus ojos abiertos”.

La muestra llega a Saltillo entre las actividades del Festival Foto Coahuila 2018, a un año de su inauguración en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO) y traerá con ella los tres apartados principales que la conforman.

El primero de estos cuenta con 106 dibujos al grafito realizados a partir del descubrimiento de los diarios de su madre, bitácoras donde redactó todo lo relativo a su oficio de curandera y con los que Claudia establece un diálogo profundo y constante, basado en lo que muestran y en sus recuerdos, que resultan en las piezas.

“Toda la exposición está dedicada a mi mamá”, comentó para VANGUARDIA la artista, “venimos de una familia de curanderos y mi mamá tenía sus libretas, donde anotaba cosas como recetas, pócimas, conjuros, mucha cosa de yerbas. Tenía un apartado para los dolores físicos y en otro abordaba cosas más espirituales, decía que había algunas enfermedades del alma”.

A los meses de su partida, López Terroso y sus hermanas descubrieron las libretas, tres, una más deteriorada que la anterior. Con la que estaba en mejor estado fue que decidió comenzar a trabajar.


“Siempre estuvimos rodeadas de esta atmósfera fuerte, onírica y además como con estos umbrales entre la vida y la muerte. Como que nunca vimos una línea marcada entre vivos y muertos, pues mamá además era como una médium”, explicó.

Al indagar en el contenido de estos textos, la memoria del pasado y su actual madurez la hicieron ver a la vez con los ojos de antes y con los de ahora lo que su madre hacía, pero particularmente en las palabras escritas encontró una belleza que quiso rescatar.

“Empecé a tener un diálogo con la libreta y a ver la belleza de las palabras y los sonidos”, agregó, “me hacía mucho sentido cuando una palabra resonaba, había un tintineo o resonancia, y la elegía. A veces eran frases completas, había otras entrecortadas, dependía de cómo lo sentía”.

Haciendo uso de lápices, del grafito y del polvo de este —relacionado a su vez con los ingredientes pulverizados que su madre empleaba—, Claudia creó la serie de dibujos que de manera intuitiva interactúan con los textos del diario y presentan cada uno diferentes aspectos del ya mencionado oficio.

Así, se pueden encontrar frases o palabras —apoyadas en la composición misma— que aluden a la sanación y otras al malestar. Algunas más se concentran en el conjuro y en cambio hay unas más en las que decide poner atención a la palabra, que por sí sola contiene poder.

De este apartado de la exposición se está realizando un libro de artista en colaboración con MACO, que ella espera esté listo pronto para poder presentarlo antes de que termine Foto Coahuila aquí en Saltillo.

El catálogo incluirá cuatro capítulos donde ahondará en las situaciones que presenció y que están descritas en los diarios durante las sesiones de curación de su madre.

La segunda parte de “Estén tus ojos abiertos” es una selección de las cuatro series fotográficas que se exhibieron hace un año. En ellas nuevamente se involucra en un diálogo con los objetos personales que dejó la difunta pero ahora realiza acciones performáticas en un ambiente privado, su hogar en Oaxaca, captadas por la lente de un sobrino a quien ella le enseñó a fotografiar.

“A mí me interesa hacer este acto performativo sólo para la cámara, hacer esas sesiones de foto. Aquí no se pusieron series, se decidió hacer una selección de cuatro fotografías en las que hablo de un espacio físico, el cuarto donde mi mamá dormía, una serie se realiza ahí”, explicó.

La ropa y las cosas personales que portó las sacaron de su habitación al año de su muerte, pues la carga de energía quien las usó —así como su aroma— consideran que aún están presentes y con ellas realizó una de las series, en donde se le puede ver interactuando con la prenda.

En otra de ellas el protagonista es el hijo de la artista, de tres años, quien intenta volver a ensamblar un huevo de avestruz que él mismo rompió y que fue un regalo hecho antes de morir por parte de su abuela a su madre, Claudia.

El acto ella lo describió como algo muy significativo, pues buscó preservar el regalo intacto por mucho tiempo —tan sólo le hizo un agujero para consumir su interior—, para utilizarlo después, y fue su hijo quien literalmente “rompió el cascarón”, encontrando luego en la acción de intentar repararlo otro mensaje.

“Cuando mi hijo lo rompió mi esposo, que es restaurador, me consolaba diciendo que se podía reparar”, comentó, “pero es que ya no podía ser igual, aunque se peguen todas las partes ya no es lo mismo, es algo que está roto. Se va a volver otra cosa”.

Por último hay un dibujo monumental, también hecho con grafito, de un paisaje que representa un umbral nocturno entre la vida y la muerte.

“En esa oscuridad hay formas y acciones, pasan muchas cosas en la noche”, comentó, “mis hermanas y yo nos contamos como una práctica muy sana y potente, nos contamos nuestros sueños y los desmenuzamos y analizamos.

“La imagen es un espacio, viene de una foto, que me gusta mucho, que hace referencia al bosque. Había muchas acciones que mi mamá realizaba fuera del recinto, tenía que ver con el paisaje, la tierra, la naturaleza, la noche. Acciones ahí para hacer la curación”, concluyó.

“Estén tus ojos abiertos” se inaugura esta tarde a las 18:00 horas en el Museo de Artes Gráficas y podrás visitarla durante todo el mes y hasta el 14 de noviembre.

La memoria del pasado y su actual madurez le hicieron ver a Terroso que en las palabras había una belleza que se debía rescatar.