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Se puede decir... Que Sergio Aguayo se encuentra en un "hilo"
Pero no se puede decir... Que podría quedar en la "calle". Al ser sentenciado en primera instancia a pagar diez millones de pesos por un supuesto daño moral, lo dejó de una pieza al grado se sufrir un infarto fulminante, pero por fortuna logró controlarse y sus abogados le aconsejaron que su caso fuera llevado ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para que lo revise y dé un fallo justo y otorgue la razón a quien la tenga, y sobre todo "apegada" a Derecho.