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¿Y el futuro, lo tendremos en este gobierno de López Obrador?
¿Y el futuro, señor lector, debemos de pensar en el futuro? ¿Debemos de pensar en nuestro futuro, en grandes proyectos y esperanzas justo hoy en que nos acecha el virus chino y puede cortar de tajo todo, y lo más importante, lo único: nuestra vida? ¿Debemos de pensar en nuestro futuro y vida, cuando un sólo hombre, Andrés Manuel López Obrador, puede afectar de manera tan seria y letal nuestra vida así como la de millones de mexicanos, todo por una mala decisión, una “corazonada” o de plano entregado a la superstición y a la charlatanería con sus estampitas milagrosas que carga en la cartera? ¿Debemos de pensar en salir airosos de esta trama de peste y contagios, cuando el Presidente de Morena, que no de los mexicanos, sigue tomando decisiones sobre las rodillas, anclado en chabacanerías y resabios místicos que se creían de gente ignorante y crédula?
“Diferente fue lo que pasó con el oculista, no sólo porque estaba en casa cuando le atacó la ceguera, sino porque, siendo médico, no iba a entregarse sin más a la desesperación, como hacen aquellos que de su cuerpo sólo saben cuando les duele… Un médico, sólo por sí, vale por varios hombres, palabras que no vamos a entender como directamente cuantitativas sino cualitativamente, como comprobaremos enseguida…”. Es José Saramago, Nobel lusitano en su libro “Ensayo sobre la ceguera”.
La crisis actual por el virus chino se da en un ambiente enrarecido por la pésima toma de decisiones de Andrés Manuel López Obrador y su equipo de sabios trasnochados. ¿Tenemos futuro cuando la contingencia y asilamiento terminen? Luis Foncerrada Pascal, economista en jefe de la Cámara Americana de Comercio, ha advertido que al día de hoy, no es exagerado decir que estamos en una “economía de guerra”. Lo anterior es cuando las familias viven encerradas, se vuelven muy cautelosas con sus gastos y sus ahorros al no haber certeza en el mañana, las empresas están en riesgo perpetuo de quiebra y de cerrar puertas, los empleos se reducen a lo mínimo, los bienes de consumo duradero no se venden, se contrae y deprime el mercado y todo, todo se desmorona.
“Digo, pues que los años de la fructífera Encarnación del hijo de Dios habían llegado ya al número de mil trescientos cuarenta y ocho, cuando a la egregia ciudad de Florencia… llegó la mortífera peste… tras comenzar unos años antes en los países orientales, y tras privarles de una innumerable cantidad de vidas, propagándose sin cesar de un lugar a otro, se había extendido miserablemente…”: fragmento del libro que habla sobre la peste por antonomasia, “El Decamerón” de Boccaccio. ¿Cómo se salvaron del aislamiento, de la soledad y de la maldita peste los protagonistas de estos relatos? Haciendo lo mejor que sabe hacer un humano ante el fuego, alrededor de una mesa y frente a un trago de vino: contar cuentos, hablar, fabular.
ESQUINA-BAJAN
La pandemia va a pasar, nadie lo duda. Así como llegó, se va a ir. Habrá picos de altura y descensos agradecidos, pero ya para entonces el virus chino de laboratorio estará controlado y la vacuna respectiva hará rica a alguna farmacéutica de talla mundial. ¿Usted y yo tenemos futuro, señor lector, en este México donde no hay certeza jurídica del Gobierno federal de AMLO; sino ocurrencias, encuestas y votación a “mano alzada”? Standard & Poor’s lo ha dicho, el Gobierno Federal debe de apoyar con acciones rápidas a los sectores más afectados de la población y del comercio, y dinamizar su apoyo para aquellos puedan sortear más rápidamente el temporal. ¿Usted ve lo anterior en las manos de AMLO, lo ve activo y receptivo a esto?
“Estoy solo, en un lugar remoto y aislado, atendido por uno de mi empleados, y no voy a ir a la ciudad ni ver a nadie… La verdad sea dicha, paso más tiempo en Poniente que en el mundo real. Estoy escribiendo todos los días. Las cosas son sombrías en los Siete Reinos, pero tal vez no sean tan sombrías como pueden llegar a ser aquí”. La oscura sombra de la peste y la soledad nos alcanzó y la vida es más terrible aquí en la tierra, que en los reinos y literatura imaginada por George R.R. Martin, autor de “Juego de Tronos”. El escritor Martin está aislado en un lugar no determinado del mundo. Me hizo recordar a Marcel Proust, cuando revistió toda su habitación con papel y recubrimientos aislantes para no escuchar a nadie, a nadie, a ningún humano ni ruido del “exterior”. ¿Patológico lo anterior? Sin duda, pero hoy la vida imita a la vida y literatura de los grandes creadores.
Para la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) la actividad económica en México caerá 29.96 por ciento en esta etapa de aislamiento por el virus chino. Un mes de confinamiento, alertan, reduce el Producto Interno Bruto (PIB) anual en dos puntos porcentuales. Si esto se prolonga tres meses más, la baja alcanzará entre 5 a 6 por ciento del PIB. Es decir, estaremos quebrados como país y en lo particular. Tome usted en cuenta también que, según el Inegi, hay 52.8 millones de mexicanos desocupados, subocupados y desempleados. En cristiano es lo siguiente: más de 52 millones de mexicanos (me incluyo, claro) no tenemos para la combi y vivimos al día en todo. ¿Futuro? ¿Usted cree de verdad que AMLO está tomando sabias y reflexivas decisiones y está construyendo con su equipo el futuro de México hoy, y lo va a poner en práctica cuando acabe la contingencia?
LETRAS MINÚSCULAS
“En un país de pánico, el fuego del abandono todo lo devasta a su paso. La oscuridad y soledad no muerden, pero son peor a un dragón: ojos de brea entumecidos por la pavura de la nada en la calle…”, Philippe Lowell.