El mundo es de Dios y lo alquilan los valientes

Usted está aquí

El mundo es de Dios y lo alquilan los valientes

Llegamos a México el 3 de marzo. Detrás de nosotros venía la pandemia. Habíamos estado en Mérida, Venezuela, invitados por la llamada “reserva bolivariana”, un grupo de militares venezolanos que actúa con un perfil bajísimo; que se formaron durante el régimen de Hugo Chávez y que conforme Maduro fue tomando el poder, comenzaron a actuar como una resistencia similar a la de los partisanos de 1948, sí, los mismos del popular himno “Bella Ciao” puesto de moda por la exitosa serie “La Casa de Papel”.

Les platico: Las reuniones estaban programadas en Caracas, pero debido a la persecución de que son objeto, se realizaron en la homónima de la mexicana Mérida, la ciudad petrolera-estado situada a los pies de la cordillera de los Andes, en el noroeste de Venezuela, 168 kilómetros al sur del Lago Maracaibo.

Es uno de los 23 estados que junto al Distrito Capital y las dependencias federales conforman la oficialmente llamada República Bolivariana de Venezuela.

Los conocimos en 2018 durante nuestra estancia de once días en ese país, de la cual di cuenta en igual número de artículos que me fueron publicados por medios mexicanos y de otras latitudes.

En las tres reuniones a las que asistimos como observadores, los militares en retiro se presentaron todos con impecables uniformes donde destacan los colores verde olivo y rojo, luciendo sus galones y medallas.

Entonces, ellos operan desde la clandestinidad y si sus nombres se llegan a saber, los matan. Así me lo dijeron, con esas palabras.

Lo paradójico es que forman parte de una de las organizaciones consentidas de Hugo Chávez: El Cuerpo de Reserva para las Fuerzas Armadas Nacionales.

Dentro de ese grupo, hay uno de elite al que se le conoce como Batallones de Reserva. Su líder principal es un oficial que se retiró del ejército bolivariano con el rango de capitán y cuando lo vi por primera vez llevaba con orgullo la presilla de tres estrellas en la solapa de su elegante saco.

No forman parte de los equipos de Juan Guaidó, aunque simpatizan con él, principalmente porque defendió a los valientes pemones, 750 de los cuales han sido asesinados por órdenes de Maduro, desde que se sublevaron a los mandatos del régimen chavista y proclamaron su independencia de Venezuela.

En el grupo elite del cual les platico, hay por lo menos 20 ex militares de ascendencia pemona, nación indígena venezolana que hoy es objeto de la más encarnizada persecución por parte del gobierno de Maduro, y cuyos miembros están en fuga constante.

Muchos de ellos han emigrado a Brasil, desde donde siguen organizando la resistencia del pueblo venezolano.

Al defender su integridad territorial -algo mucho más tangible que la “soberanía” que tanto pregonan gobiernos como el de México- los pemones han sufrido un drama humanitario sin precedentes en América y en otras partes del mundo.

Tras la muerte de Chávez, los asesores cubanos que mueven los hilos de Maduro, ordenaron la más brutal represión contra lo pemones que en febrero del año pasado apoyaron la entrada humanitaria para los venezolanos, desde la frontera con Brasil.

La guardia personal de Maduro -compuesta mayormente por cubanos- dirigió la agresión con armas automáticas en contra de los pemones y el resultado fue la muerte de 750 de ellos, muchos de los cuales fueron perseguidos en su huida y masacrados a mansalva en sus casas.

Entre los muertos hubo hombres, mujeres, ancianos y niños y tristemente, la prensa mundial no divulgó esos hechos.

Lo sabíamos desde la visita del 2018, pero ahora que volvimos documentamos con lujo de detalles la conformación de los niveles más altos del poder en Venezuela.

“Los que mandan aquí son los cubanos”, me dijo el capitán de las tres estrellas. Y en ese momento le pregunté: ¿Cómo y cuándo llegaron los cubanos a Venezuela?

Y me respondió: “En los primeros tres años del mandato de Chávez, no se hicieron visibles, aunque sabíamos que estaban aquí desde sus días de campaña electoral, principalmente de diciembre de 1998 a enero de 1999.

Comenzaron a aparecer cuando Chávez viajaba a Cuba para atenderse de su enfermedad, principalmente entre diciembre de 2011 y octubre de 2012.

El mayor contingente de ellos se hizo visible en Venezuela durante la pandemia de la gripe porcina N1H1, que le pegó al País en 2009,” me narró el capitán en retiro.

Ese año, algunos de los “médicos” que aparecían en las fotos con cubre bocas, fueron captados en sus rostros muchos meses después, pero vestidos con los uniformes de la guardia presidencial de Chávez y a partir del 19 de abril de 2013… de la de Maduro.

“Se disfrazaron de médicos, así llegaron a Venezuela los llamados asesores cubanos, que son los que realmente detentan el poder en nuestro País”, me dijo.

El pasado 20 de abril llegaron a México diez médicos cubanos para apoyar en las acciones del gobierno de la 4T contra la pandemia del corona virus.

Tres días después, un transporte aéreo del ejército mexicano aterrizó en la CDMX con 300 enfermeras cubanas, “todas especialistas en terapia intensiva”, según informó el mismo presidente López Obrador.

El comunicado oficial del Palacio Nacional dijo que “alrededor de 600 médicos y enfermeras especialistas han salido de la isla cubana para ayudar en diferentes países… sin duda, con su apoyo se saldrá adelante”.

Cuando le pregunté al capitán de las tres estrellas si a pesar de no ser ellos unos jóvenes, tienen pensado seguir adelante en sus planes para derrocar a Maduro, me respondió con una frase que atesoro desde que se la escuché hace muchos años a mi abuela la financiera: “El mundo es de Dios y lo alquilan los valientes”.

CAJÓN DE SASTRE

“Firmes, mi Capitán”, dice la irreverente de mi Gaby.

Dedicado a mi amigo Pedro Luis Martín Bringas.

placido.garza@gmail.com

Plácido Garza