Sabrosos dichos mexicanos

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Sabrosos dichos mexicanos

Aunque me esté mal decirlo una cosa puedo decir: los dichos mexicanos tienen un sabor -picante- que no tienen los de otros países, por muy ricos que sean en proverbios.

Pongo aquí algunos ejemplos que acreditan la picardía y sabrosura de nuestro refranero:

        Cualquiera toca el cilindro, pero no todos lo cargan.

Significa que una tarea que parece fácil a veces no lo es tanto.

 ¡Ay, cocol! ¿Ya no te acuerdas de cuando eras chimiscal?

Tanto el cocol como el chimiscal son panes, pero aquél es de más calidad y precio que éste. Se aplica el dicho a quien se encumbra y no recuerda su origen humilde.

 Ya el niño se cuida solo; que se vaya la pilmama.

La palabra “pilmama” es un nahuatlismo que significa nana. Se usa esta expresión para significar que ya no hay necesidad de recurrir a los servicios de alguien.

 Échenle copal al santo, aunque le jumeen las barbas.

Copal es uno como incienso. Aquí se dice que no debemos ser cicateros.

 Pa’ aguado en mi casa tengo.

Dicho vulgarísimo con el cual se rechaza algo por no considerarlo de suficiente calidad.

 A muele y muele ni metate queda.

Reprocha los abusos.

 A ese culantro tan seco le falta una regadita.

“Culantro” significa cilantro. Es piropo subido de color que se dice a una muchacha ya de cierta edad que no ha contraído matrimonio.

        He visto caer palacios, contimás ese jacal.

Hasta la mayor grandeza puede caer abatida. “Contimás” es cuanto más, con mayor razón.

 Cuando se acabe el curado confórmate con el blanco.

Enseña la virtud de la paciencia y la conformidad. Hace alusión al pulque, que curado es más sabroso.

 No me menee la cuna, porque me despierta al niño.

Otro dicho impúdico. Se le dice a una mujer que camina meneando provocativamente el trasero.