Un grupo de manifestantes inició la tarde de este viernes una protesta frente a la Embajada de Estados Unidos en México por la muerte de George Floyd.

Sin embargo, personas encapuchadas arribaron para realizar actos vandálicos a lo largo de su camino desde el Ángel de la Independencia.

El grupo hizo pintas y lanzó bombas molotov a diferentes edificios y negocios en la vialidad. En la Embajada de Estados Unidos en México rompieron las barricadas que fueron previamente instaladas.

El Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano de la Ciudad de México (C5) informó que la vanguardia llegó a su destino alrededor de las 15:00 horas.

Posteriormente, el contingente avanzó para dirigirse a la sede del Gobierno de Jalisco ubicada en Polanco, misma que se encontraba ya resguardadas por cercas metálicas, y en donde aproximadamente algunos de los 60 encapuchados comenzaron a lanzar piedras, de acuerdo con reportes de Milenio y Televisa.

Elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana formaron rápidamente una línea de contención en las calles de Campos Elíseos y Spencer para bloquear las confrontaciones.

Entre gases lacrimógenos, piedras y palos, policías intentaron bloquear a los encapuchados, que después optaron por caminar en las calles de Rubén Darío y Mariano Escobedo en la colonia Anzures.

Finalmente, fueron dispersados en la calle de Gutenberg y las vialidades empezaron a despejarse. Los últimos destrozos y saqueos se registraron en la avenida de Thiers para salir a Circuito Interior.

No se registró ninguna detención en la movilización. Las tiendas de conveniencia se dieron paso a realizar el recuento de los daños.

Por otra parte, el Metrobús informó que en Línea 1 hay servicio provisional: Indios Verdes a Reforma y Glorieta de Insurgentes a El Caminero, por la presencia de manifestantes.

George Floyd, un portero de seguridad desempleado de 46 años, falleció el 25 de mayo después que un agente de policía de raza blanca, Derek Chauvin, lo inmovilizó colocándole la rodilla sobre el cuello durante varios minutos mientras Floyd se encontraba esposado, tendido sobre el pavimento y diciendo que no podía respirar. Chauvin fue acusado de asesinato, y él y los otros tres policías involucrados en el caso podrían ser sentenciados hasta a 40 años en prisión.