Liachos y dicharachos

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Liachos y dicharachos

‘Catón’ Cronista de la Ciudad

He aquí una nueva cosecha de dichos mexicanos. 

- Como atole en jarro nuevo: con cualquier meneada merma.

Eso lo dice el que se siente ya cansado, y sabe que cualquier actividad le va a reducir las fuerzas aún más.

- Hay viejas que andando paren, y presumen de doncellas.

Se aplica a las mujeres que simulan virtud, pero llevan muchos kilómetros corridos, y todos de terracería.

- Quieres pasarte el trago, y a la vez hacer el buche.

Este dicho lo oí en la Villa de Santiago, que ya no es villa y se llama Santiago nada más. Significa lo mismo que “Repicar y andar en la procesión”, “Mamar y dar topes” o “Chiflar y tragar pinole”.

- Suato.

Esta palabra se usaba mucho aquí, en Saltillo, para decir tonto, necio. La Academia la registra como mexicanismo.

- El que va pa’ viejo va pa’ pendejo.

Significa que con los años empiezan a amenguar las facultades mentales. Y todas las demás también, añadirá el que no sea presumido o mentiroso.   

- El que ha de morir a oscuras, aunque haya sido velero.

“Velero” es fabricante de velas. El dicho enseña que nadie puede escapar a eso que llaman el destino.

- Más vale un “Por si las dudas” que cien “¡Quién lo iba a creer!”.

Esta sabia frase se la oí hace algunos años, en Matamoros, Tamps., a la profesora María Elena Arrese, directora de un colegio lasallista en aquella ciudad tamaulipeca

- La cana engaña. La arruga deja duda. Pero pelo en la oreja ni duda deja.   

Alude a las diversas señas indicativas de la edad.

- El que se sienta de sentón y se levanta de pujido, está jodido.

También este dicharacho hace alusión a los males que con los años vienen.