“
gracias al apoyo del pueblo, de las enfermeras y de los médicos que han puesto en riesgo hasta sus vidas, y a los directivos encargados de conducir toda esta estrategia, no nos hemos visto rebasados. Hemos procurado que a ningún enfermo le falte atención médica y hospitalaria, y hemos salvado miles de vidas”.

La frase anterior forma parte del discurso pronunciado ayer por el presidente Andrés Manuel López Obrador, en el patio central de Palacio de Gobierno, durante la ceremonia conmemorativa del segundo aniversario de su arribo al poder. Se refería, desde luego, a las acciones realizadas por su administración para enfrentar la pandemia provocada por el coronavirus SARS-CoV-2.

Apenas un par de horas después, quien encabeza el equipo designado por el Presidente para atender la contingencia sanitaria, Hugo López-Gatell, informaría que en las últimas 24 horas se añadieron 825 víctimas fatales a la ya demasiado larga lista de mexicanos muertos por la pandemia y que suman, en las cifras oficiales, 106 mil 765.

El posicionamiento presidencial se registra, también es importante decirlo, apenas unas horas después de que el director General de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom, urgió a México a “tomarse en serio” la pandemia, señalando de forma explícita que la situación en nuestro país es “muy preocupante”.

De espaldas a toda evidencia a la mano, el Presidente insistió ayer en una afirmación que ya ha realizado antes: que la estrategia emprendida por el equipo de su administración para hacer frente a la pandemia ha salvado “miles de vidas”.

¿Cómo se realizó ese cálculo? ¿Es posible, a partir del sistema utilizado para realizarlo, llegar a un número concreto? En otras palabras, ¿podría ser más claro el Presidente y su Gobierno y decirnos cuántos “miles de vidas” han sido salvadas merced a la estrategia que presume cotidianamente?

Sería interesante conocer dicha cifra porque entonces podríamos saber -siempre siguiendo la lógica del discurso presidencial- cuál sería la cifra oficial de muertos en México en lugar de 106 mil 765. Es decir, conoceríamos la magnitud del desastre a reseñar.

Desde la lógica triunfalista del Gobierno de la República entonces, como el número de personas muertas podría ser mayor, y no lo es, entonces debe considerarse un éxito que “solamente” hayan muerto casi 107 mil mexicanos en los últimos meses.

Ni una gota de auto crítica; ni un solo señalamiento en el sentido de que se ajustará una estrategia a todas luces fallida porque ha enlutado a miles de familias; ni un asomo de duda respecto de que la brutal acumulación de cadáveres es una medida de éxito
 “porque podría ser peor”.

Y así, con un discurso auto complaciente y justificatorio de todo lo actuado, nos encaminamos hacia el invierno, una etapa que, de acuerdo con las previsiones del propio Hugo López-Gatell, estará marcada por el recrudecimiento de la pandemia.

De espaldas a toda evidencia a la mano, el Presidente insistió ayer en que la estrategia emprendida  ha salvado ‘miles de vidas’