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101
El poeta baila con la tribu,
estudia con los clérigos y se refocila con las mujeres,
las depositarias naturales del idioma.
102
Discursos cursis como telas de cebolla,
que hacen llorar aunque sean insustanciales.
103
Al construir un mensaje
se construye un interlocutor.
104
El idioma es su propio interlocutor
y él mismo mensaje.
La poesía, que lo encarna,
no necesita por tanto lectores.
105
El mundo cambia infinitamente,
pero si tú no has cambiado no cambia.
106
Una lengua muerta es aquella
que sólo vive en la escritura
y que cambia según cambian
sus infinitos lectores.
107
La poesía no tiene hablantes,
sólo lectores, en caso de que los tenga.
108
La escritura es un caparazón de tortuga
para que lo descifren los filólogos.
109
El caos no está compuesto
de cosas infinitamente diversas,
sino de cosas monótonas
que tienden a repetirse y a formar series.
(20 de septiembre)