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2017

Estamos por arrancar un año que promete ser intenso, más aún del que está por terminar, que ya es mucho decir. El mundo está más interconectado que nunca. La sociedad también se ha vuelto más crítica. Por otro lado, se ahonda el aislamiento de las personas detrás de redes sociales que falsean el contacto humano, y se acentúa un consumismo desbordado en placeres frívolos, dejando de lado toda genuina preocupación por nuestros semejantes, pobres, jóvenes, migrantes, perseguidos, clase media.

Pareciera que hasta la crítica desbordada es una expresión más del egoísmo imperante en esta “cultura del descarte”, como la define el Papa Francisco. Nuestras adversidades son responsabilidad de otros, jamás nuestra. Lo más fácil es achacarlas al Gobierno que, de por sí, no hace nada por ayudarse.

El 20 de enero arrancará una nueva etapa para el mundo. Donald Trump rendirá protesta como Presidente de los Estados Unidos. Terminará la incertidumbre, sabremos si sus promesas y amenazas fueron simple demagogia para apelar al elector resentido, o mucho más que eso. Un Gobierno pasional, como el discurso electoral de Trump, podría tener repercusiones graves. Lo cierto es que el resentimiento parece haber sustituido a la esperanza como motor de las decisiones ciudadanas.

En mayo próximo sabremos si los franceses se suman a Estados Unidos e Inglaterra en su viraje hacia la neoderecha, populista, xenófoba y aislacionista. Ese mismo mes, Trump se congregará por primera vez con los líderes del mundo en la reunión del Grupo de los Siete más industrializados del planeta.

En México, el primer domingo de junio veremos si resucita el PRI, o continúa por su bien ganado camino a la derrota. Coahuila, Nayarit, Estado de México y Veracruz serán los epicentros de esa batalla, antesala del 2018. Los presidenciables aprovecharán el momento para placearse a más no poder. El Gobierno hará hasta lo imposible para sobreponerse a su descalabro de 2016, apostando a un poco probable desenlace exitoso, o a la fragmentación de la oposición y el consecuente resultado de gobiernos de minoría.

Coahuila verá la permanencia y profundización del autoritarismo o la primera experiencia de alternancia. Hoy en día, el PRI y la oposición están fragmentados. De persistir ese panorama, podemos esperar la pulverización del voto y un Gobierno de minoría, con o sin el PRI a la cabeza. Se avecina una ardua campaña. La partidocracia se juega todo, el modus vivendi de muchos. Lamentablemente con pocas ideas. Mucho ruido y pocas nueces.

Para septiembre, Ángela Merkel, la mujer más poderosa del mundo, se enfrentará a su electorado. La suerte de la Unión Europea está en el aire. Merkel es la líder indiscutible de Europa, la que sorprendió al mundo al abrir de par en par las puertas de Europa a los refugiados, a través de Alemania. Se juega el título del Canciller Federal alemán de mayor duración. Ya empató con Konrad Adenauer y sus 14 años en el cargo. Adenauer fue el padre de la reconstrucción alemana, tras la Segunda Guerra Mundial. Si Merkel gana la elección de septiembre, podrá batir el récord de Helmut Kohl,que conservó el puesto 16 años.

En noviembre, los ojos del mundo voltearán a Asia, tendrá lugar la cumbre de países pertenecientes al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC por sus siglas en inglés). En diciembre, los coreanos elegirán a su futuro Presidente, a menos que la actual Presidenta se vea obligada a dejar el cargo ante las crecientes protestas en su contra.
2017 será un año muy movido; mientras políticos, líderes, pseudopolíticos y pseudolíderes barajan estrategias, usted y yo viviremos nuestro presente como mejor podamos; el ayer ya pasó, nada lo puede cambiar, el mañana es incierto y depende de lo que hagamos día a día. Hoy nos toca construir nuestro destino, lo que otros hagan o dejen de hacer es circunstancial, sólo de nosotros depende la construcción de nuestro destino personal, familiar y social. Feliz año. Dios los bendiga.

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