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266
Pues se muere siempre a tiempo,
a los treinta o los sesenta,
para qué llevar la cuenta:
ni falta ni sobra tiempo.
267
No queda más que esperar,
si he esperado tantos siglos:
ya sólo pueden llegar
si no cíclopes, vestiglos.
268
El arte de irse a tiempo…
Treinta años en la cantina:
se pone de pie, camina,
pues se ha agotado su tiempo.
269
Adquieres una destreza
sin saberlo, por instinto:
el matiz casi no pesa,
pero ya eres distinto.
270
Aunque es toda habilidad
mecánica e inconsciente,
tiene una velocidad
que reformula la mente.
271
La exactitud de lo otro
despliega en su mismidad
reflejos de identidad
que lo asimila a nosotros.
272
Las cosas son lo que son,
el no saber es saber,
y presiente el corazón
lo que aún no puedes ver.
273
La oportunidad es calva
para aquél que me haya herido,
después que me han convencido
que el perdón todo lo salva.
274
El baile sólo delata
que no podemos volar.
Entre dormir y nadar,
prefiero la caminata.