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72

Hay quienes mienten

porque no pueden soñar.

Hay quienes sueñan

porque no saben mentir.

En ambos casos, mentir y soñar

son maneras de apropiarse la realidad,

de hacerla subjetiva,

de ajustarla a una medida personal.

Sin embargo, quien miente

desarticula la realidad.

Quien sueña la articula de otra manera.
 

73


Toda infelicidad estriba

en nuestra impuntualidad.

Morimos antes o después,

nunca a la hora exacta.

No tomamos en serio

nuestra cita con la muerte.

 

74

M. olvida lo que entiende; 

lo que no comprende,

lo aprende de memoria.

 

75

Angustia del diccionario:

acabas de leer una acepción

y ya la olvidaste.

En la estepa de un idioma ajeno,

regida por el sol masónico

de la gramática universal,

armas tu tienda con palabras

que vela y revela el olvido.


76

El culto a la apariencia:

cierta dama lo instaba a que le obsequiase 

una pulsera de oro que pareciera de oro. 


77 

El pardo miedo:

a medida que te acercas a la muerte, 

tienes más tiempo de sobra. 

Ese tiempo vacante es precisamente 

el tiempo de la muerte, 

que empieza a adueñarse del impaciente, 

del azaroso tiempo vital.

(11 de septiembre)