En lo más profundo de una bóveda secreta, en Londres, hay algo que muy pocas personas en el mundo llegan a ver: mil millones de libras esterlinas en efectivo.
A ese lugar, al final de cada día, llega el dinero generado por las transacciones comerciales del Reino Unido. A la mañana siguiente, ese dinero sale para depositarse en cajeros automáticos.
Hay quienes creen que en menos de 10 años ese lugar no existirá, simplemente porque no existirá el dinero en efectivo.
De hecho, en 2015, en Reino Unido, los pagos con tarjeta superaron al efectivo por primera vez en la historia
Pero otros países van más lejos.
Corea del Sur ya no tiene monedas. Dinamarca y Suecia son pioneros en la reducción de pago con moneda tangible; de hecho, Estocolmo está considerando convertit al país en una sociedad sin efectivo para 2030.
Si esa es la realidad venidera, ¿quién se beneficiará? y ¿quién controlará finalmente el dinero en el futuro?
Tú, yo... y ellos
Si me vendes algo y yo te pago con billetes, haremos una transacción directa en la que nadie más que tú y yo nos beneficiamos.
Pero si esa transacción fuera digital, alguien tendría que administrarla.
Hay un espacio entre tú y yo, y en ese espacio se genera dinero.
Por eso hay gran interés en que dejes de comprar con metal y papel. Porque de esa manera el espacio entre tú y yo se ocuparía fácilmente con operaciones que no necesitan de efectivo.
Y el mundo sin efectivo se está convirtiendo lentamente en una realidad.
Hubo un cambio fundamental en la forma en la que pensamos en el dinero, y no ocurrió por accidente.
En 1998, Peter Thiel, un emprendedor tecnológico, dio una charla en la Universidad de Stanford en California.
Una de las personas que lo escuchaba, sólo estaba ahí para hacerle una propuesta tan pronto terminara de dar su discurso.
Cuando terminó la charla, Max Levchin, un programador de computadoras de 23 años, subió al podio, habló con Peter por menos de 10 minutos y llegaron a un acuerdo que cambió la naturaleza del dinero y cómo lo gastamos.
Nace una nueva opción
En esa época (1998), enviar dinero de persona a persona era un proceso torpe…
Por ejemplo, podías hacer una transferencia por cable, pero era caro y lento. Podías mandar un cheque, aún más lento. O enviar dinero en efectivo por correo: demasiado arriesgado.
El plan de Thiel y Levchin era permitirle a las personas transferir dinero instantáneamente a través de dispositivos electrónicos. Fue así como surgió la empresa PayPal.
Nota del editor. PayPal es un sistema que permite a sus usuarios realizar pagos y transferencias a través de Internet sin compartir información financiera con el destinatario, con el único requerimiento de que estos dispongan de correo electrónico. Es un sistema rápido y seguro para enviar y recibir dinero.
Con PayPal uested puede pagar las compras realizadas por Internet, cobrar las ventas realizadas por Internet y enviar y recibir dinero de familiares, amigos o particulares.
Hoy es algo común...
“Una razón por la que tuvimos éxito fue que, sin intención de ofender a los bancos, estábamos compitiendo con gigantes monolíticos, burocráticos y enormes, que demorarían una eternidad en introducir los cambiosque buscábamos”, señaló Jack Selby, Vicepresidente de Desarrollo Corporativo de PayPal en esos años.
“Crecimos a un ritmo escandalosamente rápido. Fue aterrador en algunos aspectos”, recuerda Selby.
“Para decirlo en pocas palabras, un año después de su lanzamiento, PayPal tenía un millón de usuarios.
“Comenzamos a cobrar una tarifa de transacción del 3%. Y dos años más tarde, llegamos a un acuerdo con el sitio de subastas en línea eBay, que aceleró su crecimiento global.
“Se prendió como un reguero de pólvora. Recuerdo que la primera vez que llegó a un millón en una semana, fue muy emocionante. Y antes de que lo asimilaras, era un millón todos los días, y luego un millón cada hora y luego cada minuto”, recuerda Jackson.
Y simplemente siguió creciendo a ese ritmo exponencial. eBay intentó muchas veces comprar a PayPal y, y en 2002, finalmente lo logró.