Agenda saturada

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Agenda saturada

Liminar: mucho por comentar, analizar, masticar y deglutir. A fin de año, no va a haber ocasión de desearle a usted un feliz fin de año con las consabidas fiestas decembrinas. El espacio es corto y hay que dedicarlo a cosas que a usted y a mí nos afectan notablemente. Todo con miras a que usted cuadre su puzzle personal y así tenga a la mano las herramientas para su mejor toma de decisiones. Y esta toma de decisiones es ahora y en estos tiempos de pandemia, de vida o muerte. No soy catastrofista, creo que a usted como a mí, esta peste bíblica nos ha arrebató lo mismo calidad de vida, viajes, negocios, que lo más importante: seres humanos cercanos.

Hay muchas y variadas cosas importantes en la agenda. La agenda política, social, de salud, educativa, de cultura; todo está saturado. Tanto a nivel local, regional y federal. Lo aquí escrito es apenas el hilo de la madeja para ir desenredando temas espinosos, situaciones álgidas, asuntos graves y en fin, todo aquello que insisto, nos afecta a usted a y mí. De forma directa o indirecta. Los puntos los voy a ir numerando, pero no indican grado alguno de importancia. Es sólo como llegan los temas a mi pálida memoria. Naturalmente, es poco el espacio y muchos los pendientes. Conforme avance el calendario, regresaré a cada uno de ellos para desplumarlos debidamente. Hoy es sólo eso, un liminar, una entrada en materia.

Punto uno: ¿Quién lo dijo en Estados Unidos en día pretérito? Recuerdo que fue Barack Obama, cuando en una álgida polémica con su Congreso, espetó, “es la economía, estúpidos”. Pues sí, usted como yo vivimos en una economía de libertad. Y la pandemia trajo consigo una especie de “pausa” en el mundo, por lo cual la economía nos afecta en nuestro bolsillo directamente y es motivo de preocupación principal. Claro, amén de la salud: estar vivos. Y la economía no se ve nada bien para el año 2021. Fue el alto y ejecutivo alcalde de Ramos Arizpe, José María Morales, quien en charla con este escritor y con todos los datos en la mano lo dijo y lo transcribí en un texto en este mismo espacio en fecha pasada: el cambio de estafeta presidencial en EU, de Joe Biden por Donald Trump, traería como consecuencia el desplazamiento de México como principal socio comercial de Estados Unidos. Al primer lugar ascendería de nuevo China. Aún no jura Biden, y ya China es el primer socio comercial de los gringos. Ojo.

Punto dos: es impostergable abordar y analizar los tres informes de gobierno que nos atañen: el del gobernador Miguel Ángel Riquelme, el de Manolo Jiménez, alcalde de Saltillo y claro, abordar la retahíla de mentiras y ocurrencias de uno de tantos mini informes a la nación los cual espeta diario el cacique de Macuspana, Andrés Manuel López Obrador. Los tres servidores públicos aquí deletreados, con estilos diferentes de gobernar y de dirigirse a sus gobernados. Los dos primeros, con resultados harto positivos; el tercero, con un fardo de cadáveres sobre su espalda (más de 110 mil muertos oficiales ya). Por negligencia y tozudez.

ESQUINA-BAJAN

Punto tres: ya vamos cerrando año y vamos alcanzar, para desgracia nuestra y como el año pasado, la cifra de 100 suicides en la región. Cosa grave y dolor infinito. Usted lo sabe: estuve insistiendo todo el año en ello: la maldita pandemia vino a colapsar nuestra salud mental. Aunque, esto de la emperrada melancolía ya echó raíces en Saltillo y su región, con pandemia o sin ella. Con la muerte del joven Gumercindo Pérez el pasado día 6 de diciembre, según mis números, van 95 suicidios. Incluyendo uno muy doloroso (todos lo son): triste y agobiado por la muerte de su madre por la mordedura del bacilo chino, un hombre de 39 años, Fernando “N” a quien igual se le había diagnosticado como infectado por COVID-19, se disparó y se suicidó. Caray, toda una familia en el cementerio. ¿Y el secretario de Salud, Roberto Bernal?

Punto cuatro: ¿Para qué sirve el Congreso de Diputados federal o la Cámara de Senadores? De plano y con AMLO, como su patrón, para nada. Por estos días se encuentran estancadas las “charlas”, el dictamen legal para decretar y prohibir el llamado “outsourcing” en México. Pero ojo lector, en un régimen democrático y representativo como se presume lo es México, su diputado o senador, por ejemplo Diego del Bosque y Armando Guadiana, le deberían preguntar a usted su opinión de ello para luego ellos emitir su voto a favor o en contra. ¿Ya lo hicieron?

Pues no. Por un motivo: ellos no tienen ideas de nada, sólo reciben órdenes de AMLO, su patrón. Ya sea para votar en contra o favor de lo que él y nadie más decide unilateralmente. Es intrascendente el papel de los Diputados, la Ley se está negociando no donde debería, la Cámara de Diputados, sino de forma personal e ilegal, por parte de AMLO y los empresarios. Puf. De hecho, el represente en México del Partido Demócrata (a punto de tomar el poder en EU con Joe Biden), Gricha Raether, ha advertido el riesgo de “prohibir” el “outsourcing.” Por eso se paró el desmadre.

Punto cinco: los vecinos regios se creían de primer mundo, desde siempre. No festejaban el 20 de noviembre ni el 16 de septiembre, pero sí cenaban pavo para festejar el “Thanksgiving Day”. Se creían gringos. Su gobernador, Jaime Rodríguez, “independiente” él, lo que eso signifique, les metió su dedo a la boca y se los jugó de lo lindo, quien les dijo que “la raza manda”. En un giro de vértigo, cerró los fines de diciembre todo el comercio y vida pública social. Todo. No hay comida, bebida, nada. De espanto aquello.

LETRAS MINÚSCULAS

Final: creo que ya lo notó. Usted va a poder fumar, comprar o vender un churro de mariguana (autorización del Senado, 19/11/2020) pero no puede comprar un litro de leche, pan ni plátanos en el súper. Están cerrados. Ojo.