Siempre, siempre la palabra escrita le va a ganar a un fusil de repetición. Es más peligroso un artículo de opinión, que una granada sin seguro, ya lista para explotar.

Armados sólo con diez dedos y las 28 letras del alfabeto, los reporteros, editores y los escritores que mantienen una dignidad y honor sin macula, mantienen aún a raya al dictador de Macuspana, Andrés Manuel López Obrador y su séquito de claques. ¿Por cuánto tiempo? Ojalá sea por siempre.

Y claro, mientras llegan las próximas elecciones con miras a renovar la Cámara de Diputados, bastión que no se puede perder a manos de los fieles acólitos de AMLO. A López Obrador le pesan y diario, las críticas. Su pésima gestión lo ha llevado a ver enemigos en todo lugar y en todas partes. Le doy la razón: ya los tiene. Él y nadie más los ha amamantado.

Lo sigue haciendo diario a través de esas conferencias de prensa soporíferas llamadas “mañaneras”. Caray, qué manera de perder el tiempo. Hay gente que las ve y oye diario. Imagino ha de ser eso llamado un pago de “manda”, por algún milagro concedido por el Santo Patrono de Tabasco.

Mientras AMLO enloquece y se ensoberbece, el país de desmorona. Con AMLO se aplica aquella vieja máxima: el éxito conduce a la soberbia. La soberbia lleva al fracaso. Muchas ollas al mismo tiempo en la lumbre.

La agenda se muestra saturada y de tiempo completo, no hay descanso ni reposo. Tal vez sea mejor así, para que no nos agarre el mundo y la vida contando moscas muertas. Moscas, instituciones, seres humanos, proyectos, planes, enfermos de COVID-19, museos vacíos y lánguidos; en fin, todo puede ser contabilizado en una triste estadística: los números y recuento del terror: Punto uno: pensamos en su momento, que el siglo XXI sería el siglo bello, pleno y lleno de libertades. Una engañifa. Entró el milenio y llegaron centenares de prohibiciones.

Llegó el 2020 y llegó el mal de los males, la plaga bíblica del bacilo chino. Con su llegada, se pusieron los últimos clavos en el ataúd de la libertad: el espacio más seguro para ti (no así para toda tu familia), es tu recámara o baño fortificado.

Claro, sin nadie más. La soledad asfixiante del confinado y encarcelado y muerto en vida. Los toques de queda para no salir ni a comprar víveres, se multiplican en todo México y en el mundo.

España, Alemania, Francia, India, Italia… son cementerios apocalípticos en sus grandes ciudades. México debería de estar así: ensimismado, encerrados de tiempo completo. Pero, los que se decían ser diferentes, resultaron peores. López Obrador y Hugo López-Gatell deberían ir a juicio por su incapacidad y mentiras para manejar esta pandemia mortal. En sus hombres se apilan tantos muertos, que las proyecciones hablan de más de 150 mil al terminar este mes.

Un drama. Mexicanos muertos con nombre y apellido. Y lo que es de todos conocido: hay un sub-registro de muertes por COVID-19. Así lo ha denunciado “The Wall Street Journal”. En traducción al lenguaje cristiano es lo siguiente que usted ya sabe: el gobierno miente diario por las muertes por COVID-19 en México.

ESQUINA-BAJAN

Punto dos: la imagen le ha ganado la partida a la palabra. La imagen (los memes, la fruslería de las redes sociales, la afasia de Twitter, los chistes en Tik-Tok…) le han ganado la partida a las palabras (la inteligencia, las ideas, la reflexión). Es el ocaso de las ideas y la inteligencia.

Usted y yo que pensamos señor lector (al menos lo intentamos), estamos a punto de ser devorados por la estupidez de las redes sociales. El llamado “Asalto al Capitolio” norteamericano que sucedió en días pasados, vino a demostrar que la democracia y la libertad son frágiles y en cualquier momento pueden morir. Donald Trump llevó muy lejos su ira y su odio.

Como AMLO, pues. Avanzamos: la ignorancia se amamanta en Internet. No lanzó un comunicado ni un gran discurso, sino quien lanzó en Twitter un video, fue el actor Arnold Schwarzenegger.

 Sí, también ex Gobernador de California. En el video, el fortachón actor de películas cebadas en el clásico y maniqueo esquema gringo, habló sobre el asalto al Capitolio y lo comparó con el surgimiento de la Alemania de Hitler. Punto tres: la democracia y la libertad se dirimen en la red. No así en el frío mármol del Congreso, en las cámaras de los Representantes o en los medios de comunicación serios.

No, la democracia y las libertades son un “meme” o videos de medio minuto en la red, no más. Enmiendo mis palabras: tal vez esto si es libertad y democracia y equidad de género y toda esa palabrería huera. A Donald Trump le cancelaron sus cuentas en redes sociales. Al mismísimo Presidente norteamericano. Pero aquí en el vecindario, también lo hicieron con… Paty Navidad.

Arnold Schwarzenegger lanzó un video apoyando la “democracia”. Laura Zapata (actriz, como el tal Sánchezjuárez), lanzó una arenga en Twitter para que dicha empresa le suspenda su uso a… Andrés Manuel López Obrador.

Esta y no otra cosa es actualmente “la libertad y democracia” en el mundo. Jodidos estamos.

Punto cuatro: “vacunación masiva” en México, ha espetado una y otra vez el todólogo AMLO. Lo bien cierto es que al día de hoy se ha vacunado apenas a poco más de 500 mil personas en el país (incluyendo a los gandallas de “Morena”, pero sobre todo, personal médico y de salud). Y usted lo sabe, somos más de 132 millones de mexicanos. Así las cosas con una mentira más de AMLO: “vacunación masiva” a cuenta gotas.

LETRAS MINÚSCULAS

Punto cinco: 66+75= la “experiencia” (vejez) acumulada de los dos principales candidatos a la Alcaldía de Saltillo, José María Fraustro Siller y Armando Guadiana. 141 años juntos y contando… Caray.